En este caso se cumple el refrán de que 'no hay mal que por bien no venga'. La inflación por las nubes también tiene sus virtudes, especialmente si uno está a las puertas de la jubilación. La revalorización de las pensiones en torno al 8,5% en 2023, anunciada recientemente por el Gobierno, está llevando a muchos trabajadores burgaleses de 63 o más años a anticipar unos meses su jubilación y a salir del mercado antes del próximo sábado 31 de diciembre.
Las asesorías laborales, sindicales y despachos de abogados han disparado la atención a estos casos, mientras que el solicitar 'cita previa' en la Seguridad Social para el trámite ya es «muy difícil», si no imposible, a escasos días de fin de año, cuando vence esta singular ventana abierta a la vida pasiva.
La mecha la encendió el anunció del Gobierno tras conocerse el IPC de noviembre, que alcanzó el 6,8%, dato que se utiliza para cerrar la subida de las pensiones del próximo año [que sale del cálculo de la media del IPC desde diciembre de 2021 a noviembre de 2022].
El 8,5% anunciado es tan elevado y tan excepcional que muchos de los trabajadores que tenían previsto jubilarse a lo largo del primer semestre de 2023 han hecho números y han decidido anticipar su jubilación o están a punto de hacerlo, eso sí, antes de las doce uvas.
La norma dicta que en 2022 un trabajador se puede jubilar anticipadamente con 63 años, siempre que tenga un historial de cotización de 37 años y seis meses o más.
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