Héctor Jiménez

Plaza Mayor

Héctor Jiménez


El alucinante caso de Rey San Fernando

18/04/2022

Ciertamente es una cosa compleja lo de la gestión pública. Muchos millones de presupuesto, mucha gente, mucha responsabilidad. Mucha gente a la que puedes afectar con tus decisiones, a la que puedes fastidiar la vida, alegrársela o simplemente cambiársela. Es difícil, sin duda. Pero a veces no puede serlo tanto como se nos hace creer.

El Ayuntamiento de Burgos tenía hasta hace cinco años un hermoso inmueble en el corazón de la ciudad, a dos pasos de la catedral y del Espolón. Sus ocupantes eran una extraña mezcla entre oficinas municipales, otras cedidas a asociaciones y hasta una vivienda particular (¿?). Ignorando el Código Civil, donde por trasnochada que esta parezca aún se contempla una expresión que vincula el deber de diligencia a «la que correspondería a un buen padre de familia», en este caso el Gobierno local se comportó como un progenitor pasota y no cuidó como debía aquella propiedad.

Se la dejó arruinar, en el sentido técnico del término, no supo cuidarla y se vio obligado a desalojarse a sí mismo en otro ejercicio de esquizofrenia política para no tener que lamentar daños personales si aquello se caía. Ocurrió en el número 2 de la plaza del Rey San Fernando y desde entonces, adivinen, nada se ha hecho. La Corporación se ha comportado todo este tiempo cual multipropietario al que le importa una higa los gastos directos e indirectos que conlleva tener un edificio muerto de risa, porque total tiene tantos que ni se acuerda. 

No es capaz de venderlo, tampoco de arreglarlo. Dicen sus arquitectos que no merece la pena rehabilitarlo para uso público porque es muy pequeño, pero al mismo tiempo el alcalde anuncia que está buscando otros sitios en el centro de la ciudad para ampliar dependencias, pues la vieja Casa Consistorial de la Plaza Mayor hace tiempo que se quedó pequeña y necesitan más espacios.

En lugar de predicar con el ejemplo la administración está dando alas a tantos dueños de propiedades abandonadas o de solares en mal estado. No es capaz de mantener correctamente lo suyo. Como para exigirle que persiga a quienes incumplen con sus obligaciones más elementales...