El imparable aumento del precio del gas, que hace unos días acarició su máximo histórico al rozar los 230 euros por megavatio hora, ha empujado a muchos consumidores a buscar soluciones para abaratar la factura de la luz y de la calefacción. En este contexto, al que se suman las crecientes dudas sobre el suministro gasístico a partir del otoño, la red de calor crece como la espuma en Aranda de Duero hasta alcanzar en la actualidad las 2.000 viviendas contratadas. Es decir, el doble que hace apenas seis meses.
Fuentes de la empresa soriana Recursos de la Biomasa (Rebi) detallan que en el último medio año han firmado más de veinte comunidades de vecinos nuevas en la capital ribereña, que engloban alrededor de 900 viviendas y unos 2.500 residentes repartidos por el polígono Allendeduero, la avenida Castilla y la glorieta Rosales.
"Seguimos manteniendo reuniones de vecinos incluso en los meses de verano. No suele ser normal, pero es una señal más del interés y de cómo las comunidades se están movilizando para poder afrontar el próximo invierno en mejores condiciones", explican en la compañía, mientras precisan que también se encuentran en conversaciones con más industrias. Sea el tipo de cliente que sea, por encima de todo prima el ahorro económico tras varios meses en los que el precio del gas natural, el gasóleo y la electricidad no dejan de encadenar ascensos. "Al tener un precio más económico, con la red de calor no es necesario reducir horas de funcionamiento y los clientes pueden mantener el nivel de confort al que están acostumbrados", defienden desde Rebi, cuyo cálculo de ahorro se sitúa entre un 40 y un 55% frente a una calefacción convencional de gas natural o electricidad.
Por su parte, Tasio Martín, responsable de la constructora encargada de unir la red de calor a las viviendas que así lo soliciten, destaca la importancia de no depender de Rusia ni de Argelia ya que este proyecto energético basado en la biomasa como alternativa para calentar los hogares les permite ser autosuficientes. Martín constata el creciente interés por la red de calor, que comenzó a funcionar en septiembre de 2019, y subraya que en los últimos seis meses han vendido lo mismo que en tres años. "Llevamos tres inviernos dando suministro de calefacción y agua caliente y estamos muy contentos. Se trata de un proyecto bonito que evitará a muchas personas tener que pagar cuatro o cinco veces más por la factura del gas", sostiene, al tiempo que recuerda las dificultades que un gasto así supondría, por ejemplo, para los jubilados. De hecho, cualquier vecino puede preguntar, ya sea por teléfono, vía web o en las oficinas de la empresa, por los pasos a seguir por sumarse a este proyecto, sin necesidad de que lo haga el administrador.
Pasar el puente Bigar. De cara a los próximos meses, el objetivo que se marcan en Rebi es continuar su expansión por Aranda de Duero. Más concretamente, confían en que pronto puedan pasar sus instalaciones por el puente Bigar y así dirigirse hacia los Jardines de Don Diego y el barrio de Santa Catalina.
Martín detalla que recientemente mantuvieron una reunión con los responsables municipales para abordar el arreglo de esta infraestructura, que arrastra problemas estructurales. No obstante, las mejoras no llegarán en los plazos deseados para ambas empresas, a las que les habría gustado tener en marcha la instalación y "ahorrar a los vecinos un invierno caro".