Quizás el hecho de que se haya producido el primer indulto de un grafitti en España -el efectuado en Valencia a la obra urbana del artista Jesús Arrúe sobre el cantante David Bowie, que se hallaba en el muro de una casa que iba a ser derruida y que se exhibe ya en un centro cultural de la capital del Turia- haya movido a la esperanza de todos esos burgaleses que están prendados del mural estampado en la medianera existente junto al Palacio de Castilfalé, maravilla pintada por MonkeyBird. Sin embargo, esta pieza artística, que desde que fuera realizada en junio de 2021 no ha dejado de concitar el interés y la admiración de propios y extraños, no parece que vaya a correr la misma suerte que la que ha tenido el retrato callejero del Duque Blanco.
Por distintos motivos, que van desde las dimensiones (once por veinte metros) a la superficie sobre la que fue ejecutado (ladrillo) en el caso de un hipotético traslado, de una extración que se imagina asaz compleja y cara.Ante esta realidad, sólo habría una opción: abortar la ampliación del archivo municipal, y esta es una cuestión fundamental, porque la citada ampliación es imperiosa desde hace lustros. Daniel Garabito, concejal de Urbanismo, lo dejaba claro esta semana:«A mí como ciudadano me parece que estéticamente es muy bonito. Donde antes había una medianera y un solar abandonado hay una intervención que ha generado mucho interés y el resultado es muy bueno. Pero el mural impide la ampliación del archivo municipal, y si tengo que poner las dos cosas en una balanza como responsable político, gustándome mucho el mural, sé que la necesidad de ampliación del archivo es inexcusable y que la ciudad se gastó mucho dinero en adquirir ese solar».
Frente a esta postura se ha manifestado siempre VOX, por ejemplo. El edil Fernando Martínez-Acitores defendía estos días lo contrario. «Si hay algo en lo que hay unanimidad en la ciudad es en la necesidad de conservar el mural. Siempre hemos insistido, de hecho fue propuesto para los Premios Ciudad de Burgos en la Categoría de Creatividad. Se ha insistido en la posibilidad de mantenerlo, pocas cosas han suscitado tanto consenso. Es un atractivo turístico, además de los monumentos históricos. Es una pena que desaparezca. Sería interesante trabajar en alguna acción para su conservación», aseveraba.
Ofrecía sin embargo Garabito una alternativa: «Como miembro del concurso de ideas para la ampliación tengo que decir que había propuestas que trataban de hacer un encaje de bolillos y salvar el mural y a la vez ampliar el archivo, pero eran inadecuadas. No es posible mantener las dos cosas y tiene más valor para la ciudad la ampliación del archivo municipal, que además de su utilidad va a generar un atractivo en el casco histórico alto, dado que el proyecto seleccionada genera una terraza con vistas a la Catedral que da un valor añadido. Estudiaría la vía de ver si este mural es reproducible en otro entorno, pero si tengo que escoger, aunque sintiéndolo mucho, elijo la ampliación del archivo».
Para el arquitecto Félix Escribano el debate es estéril: «A mí el mural me encanta, pero hay que comprender que fue concebido como una obra de arte efímero y ha cumplido su misión sobradamente, porque ha llamado mucho la atención y ha quedado inmortalizado en miles de fotos de burgaleses y turistas. Pero pensar que su supervivencia pueda condicionar la ampliación del archivo... Se puede reproducir en una fotografía al mismo tamaño para ubicarla en otro edificio, por ejemplo; se puede incluso encargar a los mismos artistas que lo reproduzcan en otro sitio... Tratar de trasladarlo lo veo imposible, porque además ¿dónde encuentras dónde ubicarlo? Esa obra está pensada para ese lugar concreto. ¿Dónde se encuentra otra medianera del mismo tamaño, donde además quizás no tendría ningún sentido que estuviera? Esa obra está pensada para ese lugar concreto.
(El reportaje completo, en la edición impresa de Diario de Burgos de este domingo o aquí)