En busca de ayudas para rehabilitar la barriada Inmaculada

C.M.
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Pertenecen a seis de los 50 bloques y a una veintena de los 500 unifamiliares. En el primer caso necesitan ascensor mientras el arreglo de fachadas y la solución a las humedades es común

Vista general de los bloques de la barriada Inmaculada, que tienen planta baja más cuatro pisos. - Foto: Luis López Araico

Las construcciones de hace más de 50 años empiezan a tener achaques y barreras arquitectónicas que es necesario arreglar para mejorar la calidad de vida de sus residentes, la mayoría de ellos personas mayores que las empezaron a habitar a finales de los 60. Es el caso de la barriada Inmaculada, cuyo complejo de mil viviendas construido por el Patronato Benéfico de Francisco Franco culminó en 1964 en un solar de 50.000 metros cuadrados que el Ayuntamiento había cedido ocho años antes en las antiguas Eras de Gamonal. Un centenar de vecinos pertenecientes a seis de los cincuenta bloques y de una veintena de unifamilares de los más de 500 que hay han empezado a dar los primeros pasos para impulsar las regeneración de este barrio y buscar ayudas de las administraciones, especialmente de la Junta para este cometido.  

La compleja tramitación administrativa que supone poner en marcha un área de regeneración urbana (ARU), -como las llevadas a cabo en Río Vena (finalizada hace 14 años), el centro histórico (hace 7 años) o San Cristóbal (iniciada en 2014 y todavía sin acabar)-, al tener que poner de acuerdo a tres administraciones (Ministerio de Fomento, Junta y Ayuntamiento) y a los vecinos hace que algunos barrios opten por contratar estudios de arquitectura para que redacten el proyecto y luego concursar a ayudas que concede el Gobierno regional por un lado para la mejora energética y por otro para la eliminación de barreras arquitectónicas como se están haciendo en San Juan de los Lagos, Juan XXIII o Las Torres de Gamonal. 

En el caso de la barriada Inmaculada hay dos tipos de edificaciones, 50 bloques de planta baja más cuatro pisos, en los que residen 10 familias en cada uno, y más de 500 casas unifamiliares, por lo que la solución para acometer actuaciones es diferente. Por lo que se refiere a los bloques, el principal problema es la accesibilidad, dado que no tienen ascensor, y también las condensaciones y humedades en las galerías o en las ventanas mientras que en los unifamiliares se necesita actuar en las fachadas y en algunos casos en las cubiertas. 

La solución no será fácil, dado que los residentes son personas de avanzada edad con pensiones bajas y, además, es complejo poner de acuerdo a más de mil vecinos. 

Los buenos resultados que se están produciendo en otras zonas de la ciudad que no han optados por un ARU, especialmente en el ahorro de energía por la instalación de fachadas ventiladas, está haciendo que el boca a boca funcione y cada vez se conozcan más las ayudas a las que se puede acceder de la Junta o del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía de España (IDAE), que en el caso de los ascensores puede llegar a financiar un 40% y en el de la eficiencia energética hasta el 90%, dado que  las casas son de protección oficial. 

Estos vecinos se han puesto en contacto con los estudios de arquitectura Canal A4 y Rehábitat que han hecho intervenciones en otros barrios para conocer el proceso. Desde ambos explican que lo importante es elaborar un proyecto   de ejecución completo para pedir presupuesto a tres constructoras partiendo de la misma base y así acudir con todo detallado a la convocatoria de subvenciones. El resto  del dinero para abonar la obra se logra a través de financiación. «Son obras de 10.000 a 15.000 euros que es complicado afrontar de golpe, de modo que una parte se subvenciona y otra se financia con créditos comunitarios a 10 años con cuotas que son asumibles», explicó Diego Herrero, de Rehábitat. 

Por ejemplo, en el caso de las obras de eficiencia energética para cubrir las fachadas, las galerías y los tejados los vecinos pagarían unos 20 euros al mes durante 10 años mientras que en el caso de los ascensores rondaría entre los 70 y 100 euros, dado que los bloques son de pocas plantas y solo hay dos manos por piso. En el caso de las casas unifamiliares la situación es más complicada y serían necesarios acuerdos por filas de una misma calle. El objetivo es dar un estilo homogéneo a todo el entorno. El Ayuntamiento también está muy interesado en regenerar esta emblemática barriada.