El 50% de las desapariciones en Burgos se resuelven en 3 días

MARINA URIZARNA
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La cifra ha descendido en la provincia en los últimos años pero no la reincidencia en menores. Adolescentes de entre 13 y 17 años y mayores con deficiencia cognitiva son los grupos de mayor riesgo

Imagen de archivo de un dispositivo de búsqueda en San Martín de Rubiales. - Foto: Jesús J. Matías

La provincia de Burgos registró en 2021 un total de 215 denuncias por desapariciones, de las que 155 correspondían a menores. Aunque es la cifra más baja del último lustro, este grupo es el que más huidas voluntarias protagoniza. Los indicadores de riesgo aportan pistas para saber si la desaparición ha sido voluntaria, involuntaria o forzosa, y la edad es el más importante de ellos. Menores y mayores con deficiencia cognitiva son los grupos de mayor riesgo, pero también la reincidencia es un factor clave. 

La Comisaría de la Policía Local registra denuncias cada semana, generalmente de menores que se escapan de los centros tutelados y vuelven a aparecer al acabar el fin de semana. Estos casos no activan las alarmas, pero de las 18 denuncias vivas que hay en la provincia, seis pertenecen a menores que continúan sin aparecer. 

Alfonso Rodríguez Santocildes, inspector jefe de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional, explica que se debe acabar con el mito de dejar pasar entre 25 y 48 horas para denunciar la ausencia de una persona. «Al comprobar que ésta no se encuentra en el domicilio, el lugar de trabajo o los sitios que frecuente, se debe acudir a la comisaría lo antes posible, pues la denuncia es un paso previo requerido para comenzar la investigación», indica. 

Casi el 49% de las desapariciones de los tres grupos más vulnerables (menores de 12 años, menores de 13 a17 y mayores de 65) se resuelven en los tres primeros días, y más del 77% dentro de los 15 días posteriores a la denuncia. Pero se debe tener en cuenta que si la persona se va voluntariamente y es encontrada por los cuerpos de seguridad, tiene derecho a que la familia no conozca su paradero, aunque sí se le comunica que se encuentra bien. 

Los procedimientos y el tiempo dependen de cada caso, pero si pasado el plazo 15 días la persona no aparece, se realiza una ficha antemortem con datos biológicos, de cara a contrastar si aparece un cadáver y se hace un seguimiento periódico por si hubiera novedades. Aunque según las estadísticas, son más las personas que aparecen con vida. 

Alerta Amber. Cuando se sospecha que un menor corre peligro se activa la alerta AMBER, un sistema americano de notificación de niños desparecidos. La colaboración ciudadana es importante en estos casos, pero «se debe tener cuidado con las redes sociales y las fake news, por lo que hay que intentar que los canales de difusión sean seguros». Las denuncias se graban en la Base de Datos de Señalamientos Nacionales, de la Policía Nacional, y posteriormente se vuelcan en el PDyRH (Personas Desaparecidas y Restos Humanos), de la Secretaría de Estado de Seguridad. 

Se busca información complementaria como los perfiles en redes sociales, movimientos de cuentas bancarias, datos médicos, registros tecnológicos, y se hace un seguimiento de los hospitales por si la persona hubiera sido ingresada por accidente. 

No es fácil prevenir una huida, pero existen señales que ayudan a percibirla. Cambios en el comportamiento, violencia doméstica, el bullying y el racismo, la búsqueda de una vida más estimulante, ludopatías, sufrir abusos sexuales, la presión del entorno o la dificultad para relacionarse son algunos elementos que propician las desapariciones de menores. Las de los mayores se relacionan con crisis personales, familiares o laborales, ser víctima de violencia o delitos sexuales, y problemas económicos o de salud mental. 

La alerta AMBER se activa también en los casos de mayores con deficiencia cognitiva, que desaparecen de las residencias y se desorientan. Son los casos que más preocupan, pues «en una ciudad como Burgos, la climatología es un factor clave y pasar una noche a la intemperie puede ser decisivo para la supervivencia», explica Santocildes. Al igual que en las desapariciones involuntarias, provocadas por accidentes, catástrofes o al practicar deportes de riesgo, en los que una caída puede dejar a la persona inmovilizada e incomunicada. 

Las desapariciones forzosas son las menos frecuentes pero las más delicadas. Se asocian a entornos delictivos, que llevan a la persona a adoptar comportamientos antisociales y a relacionarse con organizaciones criminales. También la sustracción de los hijos por parte de los padres y su expulsión del domicilio son causas que se añaden a este grupo, así como el cobro de deudas y los conflictos que puedan acumular los desaparecidos. 

colaboración. La Secretaría del Estado de Seguridad ha creado la aplicación Alertcops, como forma de comunicación entre la ciudadanía y los cuerpos de seguridad, que incluye funcionalidades de prevención, alerta y reacción. Una de ellas es la de Guardián, que permite compartir la posición a familiares y servicios de rescate, y que resulta de gran utilidad para las personas mayores y los deportistas de riesgo. 

Incorpora también un botón SOS que avisa directamente a las fuerzas policiales cercanas, e incluye protección reforzada, además llegan alertas de seguridad ciudadana para estar prevenido y colaborar con las fuerzas de seguridad en batidas o dispositivos de búsqueda cercanos. 

La línea 116000 es un teléfono europeo para desapariciones de menores, declarada por la Unión Europea de interés social para casos de niños desaparecidos. Es un teléfono operativo las 24 horas del día y cuenta con atención psicológica a víctimas y familiares y consejos de prevención.