La avalancha solidaria promovida por la comunidad ucraniana a través de la campaña de recogida en enseres enFuentecillas está teniendo réplicas por toda la ciudad. Empresas, asociaciones, clubes deportivos como el Burgos e incluso particulares se han volcado en la ayuda humanitaria a lo largo de los últimos días. Ofrecen almacenes para guardar todo lo recaudado, comida enlatada, camiones para transportarla y también su propia casa si es necesario para todas aquellas personas refugiadas que llegarán de un momento a otro.
Desde la comunidad ucraniana en Burgos y la parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Fuentecillas han tenido que racionalizar la ingente cantidad de kilos solidarios que han ido recibiendo desde el lunes. Especialmente abrumados se mostraron el miércoles, cuando los pasillos de la iglesia estaban completamente abarrotados de comida, pañales, ropa y enseres que pudieran ser útiles tanto para todas aquellas personas que han dejado sus hogares por el conflicto, como para los que se han quedado en la resistencia ante el invasor ruso. De cara a hoy, el colectivo ha advertido que lo más urgente en estos momentos son los medicamentos, pues allí las farmacias están completamente desabastecidas, sacos de dormir y alimentos enlatados. Desde las 17 horas estarán abiertas las puertas nuevamente.
El material sanitario y la alimentación infantil también es lo que solicitan desde la Fundación del Burgos Club de Fútbol, que ayer lanzó en redes una campaña para hoy viernes desde las seis hasta las ocho de la tarde, y mañana desde las 12 hasta las 2 del mediodía. A su vez, el Colegio Círculo y la empresa Grupo Joanca también han abierto sus puertas a la recogida de enseres para todo este fin de semana. Esta última compañía está estudiando la logística para llevarlo al este de Europa. Asimismo, la empresa Calnort envió a un almacén de Cataluña un palé de sopas.
A los puntos de recogida se han ido acercando ciudadanos que también han ofrecido sus furgonetas o camiones para trasladar todo lo recaudado a la frontera de Polonia con Ucrania. Hay incluso voluntarios que pretenden coordinarse en grupo para este cometido y a su vez traer refugiados a Burgos.
En este cometido está José Ignacio Alonso, cuya historia ha venido contando este periódico desde el martes. Ayer llegó a la mitad del largo camino que emprendió con un primo hasta Rzeszow (Polonia) para buscar a familiares de su mujer que huyeron de la guerra.