El dueño del cenador se ha cobrado una pequeña venganza -dicho con todo el respeto- y en lugar de la estructura de metal y vidrio que afeaba la muralla ha colocado una jaima -con publicidad incluida- que desluce todavía más la construcción defensiva que se conserva en la calle Trinidad, junto a Capitanía. Al poco tiempo de desmontar por mandato judicial la pérgola que se erigía desde 2016 el propietario de ese sector de la muralla ha puesto una suerte de tienda de campaña, un artefacto más indecoroso que el ya tristemente famoso cenador.
La lona sujeta en cuatro ‘palos’ está adornada con el logotipo de una marca de complementos de coches de rally, GT2i, una ‘decoración’ que contribuye a deslustrar aún más la muralla. En la comparación con el ‘antiguo’ cenador estéticamente gana aquel sin duda, un hecho que invita a preguntarse si no hay algo de provocación en la instalación de esta jaima.

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