Sin solución para la acera impracticable de avenida Arlanzón

C.M.
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Todas las baldosas se han levantado, haciendo un efecto dominó que complica el tránsito para personas con movilidad reducida y puede provocar caídas

Las raíces de los árboles han roto las baldosas y es un milagro no tropezarse. - Foto: Jesús J. Matías

En los dos últimos años la acera de la avenida Arlanzón del lado del río entre los números 20 y 36 se ha convertido en impracticable al haberse levantado todas las baldosas y hacer un efecto dominó. El área de Vías Públicas no tiene previsto hacer ninguna intervención, según señaló su responsable, Miguel Balbás, pero lo cierto es que cada vez menos peatones la usan por miedo a tropezar y caer y es una vía imposible si se va en silla de ruedas.

El problema es similar al del parque Buenavista (G-9). Las enormes raíces de los árboles han crecido sin control y han acabado levantando el pavimento, que hace una especie de 'ola' y caminar supone ir subiendo y bajando. La solución es muy compleja, dado que aunque se cambien las baldosas se volverían a romper. El arbolado al contar con un alcorque pequeño tiene que buscar el agua subterránea y sus raíces crecen cada vez más. El hecho de que los ejemplares estén situados cada pocos metros ha provocado que el crecimiento sea homogéneo y el impacto similar a toda la acera. Tampoco sería posible la tala de los árboles, un extremo al que también se opuso el área de Medio Ambiente en el parque Buenavista y también lo haría en este caso al tratarse de ejemplares sanos. 

Desde la Asociación Andando Burgos apuntan que la solución a largo plazo pasa por ampliar la acera aunque ello fuera a costa de los carriles de circulación existentes. «Actualmente parece una acera residual de soporte para arbolado y marquesinas de autobús y carece de función de transito o estancia mínima», señaló su presidente, Félix Martínez. 

Según explicó, la posibilidad de eliminar un carril de circulación es «difícil» si no hay una estrategia de movilidad más amplia aunque quizás se pueda estudiar si es posible estrechar los carriles existentes a la mínima anchura que establece la normativa. La otra opción sería reordenar el estacionamiento o eliminar algunas plazas aunque sea en tramos concretos. «De esta forma se puede desplazar el eje de la calzada manteniendo los dos carriles y permitiendo la ampliación de la acera más desfavorecida», añadió Martínez. 

La asociación considera que el arbolado debe conservarse pero empleando soluciones técnicas en el pavimento que sean compatibles con el drenaje, la existencia de raíces y la comodidad de paso, además de apostar por el mantenimiento. «Es importante comenzar a implementar medidas de mitigación del cambio climático adaptando nuestras superficies urbanas y urbanizadas a esta realidad. No todo tiene que estar pavimentado».