Un tren que se adelanta al AVE

P.C.P. / Salas de los Infantes
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Pelayo Barbero estrena una maqueta de ensueño que une la Peña Carazo y el Oeste

Pelayo Barbero ha dedicado años a construir su «parque temático» del lejano Oeste, que ahora comparte con sus clientes. - Foto: f2estudio

Pelayo Barbero se adelanta a la llegada del AVE y lanza su particular servicio de ferrocarril, que comunica la peña Carazo con el lejano Oeste por la vía rápida de la imaginación, de las películas de Sergio Leone y de la paciencia infinita de un hostelero que ha invertido más horas que las contratas de Adif en construir su «parque temático», al que dedica un comedor completo de su restaurante de Salas de los Infantes.  

Muchos de sus clientes han visto nacer y crecer este Parque Salas Wéstern, que como parte de la España Vaciada vivió su época dorada durante el confinamiento. En esos meses se multiplicaron las manualidades de Pelayo, el 90% efectuadas con materiales reciclados como palés, restos de carpintería, y maderas naturales. Hace unos meses completó el poblado, a escala playmóbil, con su banco, su hotel, su saloon, su tienda, su iglesia, la mecedora y la diligencia y los forajidos. Entonces llegó el momento de reclutar a toda una banda de secuaces, «lo mejor de cada especialidad», para los detalles de electrónica, electricidad, fontanería, pintura... En esta obra habitan Mari Luz García, Juan Manuel Romero, Félix Villarroel, David Rey, Miguel de los Mozos, María Portugal, Ismael Rey, Ana Rosa Caraballo, José Luis Huerta, Rafael Cabanes y Jesús Moreno. 

Entre todos -«espero no dejarme a ninguno»- han hecho posible la circulación de un tren LGB a escala G (1:22.5) que en su hipnótico recorrido saldrá por un lado del balcón de la primera planta de El Pelayo y entrará por el otro.

Al estilo de los belenes monumentales, en la sala se hará de noche y amanecerá mientras un circuito mueve el agua corriente con cantos del río Arlanza, «de la zona entre Arroyo y Castrovido», puntualizaba Pelayo, mientras ultimaba con varios de sus compinches los detalles de la instalación, tan espectacular que ahora duda de si «la gente se fijará menos en las maquetas» que tantos años le ha costado construir.