La residencia Reyna Amalia cierra y prescinde de 12 empleos

S.F.L.
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El cese de la actividad se prevé para el 30 de abril y a los 19 ancianos les están trasladado a otros centros

La residencia Reyna Amalia cierra y prescinde de 12 sueldos - Foto: Daniel Canas

Los doce trabajadores de la residencia privada de personas mayores Reyna Amalia, en Briviesca, perderán su empleo tras el cierre del centro, previsto para el 30 de abril, fecha dada a los familiares de los 19 ancianos que allí residen para que busquen otras instalaciones. Este periódico ha contactado con la dirección del centro, que ha rechazado dar explicaciones, pero según algunos de los allegados y empleados la decisión se ha tomado ante la «imposibilidad de subsistir con tan pocos usuarios».

La plantilla del geriátrico, que inició su actividad en 2004, desempeña con normalidad sus funciones aunque también prepara ya a los abuelos para el gran cambio que supondrá en sus vidas trasladarse a otra ciudad y dejar a sus compañeros. Una de las auxiliares, que prefiere mantenerse en el anonimato, asegura que se ha interesado por la gestión de la instalación pero que el alquiler de los dos espacios que ocupa la residencia -el más pequeño cerró en 2012- no se lo puede permitir. «Siento una gran pena con esta terrible noticia que deja a Briviesca sin otro servicio para los más mayores pero me resulta imposible económicamente encargarme», se lamenta.

En la actualidad, Reyna Amalia dispone de 30 plazas, de las que tan solo 19 permanecen cubiertas. El otro emplazamiento, situado a escasos metros, tiene capacidad para otras 15 personas. Desde que la pandemia de covid-19 azotase sin piedad en las instalaciones, llevándose por delante la vida de varios usuarios y contagiando a otros tantos, la dirección del centro no ha admitido a más residentes. El 17 de abril de 2020 la Junta intervino al detectar un elevado número de casos de coronavirus. De los 29 internos dieron positivo 21 y de ellos, 9 fueron trasladados a la residencia pública de Don Francisco Hurtado de Mendoza y Doña María Mardones, en Miranda de Ebro, al ser la más cercana a la capital burebana y porque por aquel entonces tenía plazas vacías.

«Hemos pasado mucho, pero desde que la situación se controló todo se desarrollaba bien. La semana pasada nos enteramos oficialmente de este mazazo y a partir de entonces nos encontramos organizando y etiquetando la ropa y las pertenencias», declara una auxiliar.

Nadie lo esperaba. El cierre de la residencia obligará a sus usuarios a cambiar obligatoriamente de localidad, ya que las plazas del otro centro para mayores que funciona actualmente en Briviesca, La Milagrosa, «están ocupadas».

Una de las personas que busca residencia para una usuaria de Reyna Amalia asegura a DB que agradece a la dirección el tiempo dedicado a las familias en «asesorarnos y mostrarnos otros centros de Burgos o Miranda donde pueden ingresar nuestros familiares. Sin embargo, no podemos evitar sentir pena porque considero que a los abuelos les afectará mucho el cambio. Tampoco podremos visitarles a diario y nos va a costar mucho adaptarnos a esta nueva situación». A pesar de que la fecha fijada del cierre es el día 30, el centro no clausurará hasta que los 19 residentes se encuentren reubicados en otros emplazamientos.