El gozo de crear una revista

I.L.H.
-

Óscar Esquivias y Asís G. Ayerbe retoman su pasado revistero dando a luz a la nueva publicación fotográfica y literaria 'Mirlo'. El proyecto tendrá periodicidad mensual y se editará en papel y digital. El número cero está dedicado al ombligo

El escritor Óscar Esquivias (i) y el fotógrafo Asís G. Ayerbe posan con sendos ejemplares del número 0 de la revista

Una revista para mirarse el ombligo. Para observar que no hay dos iguales, que es una marca que nos identifica, que solemos ocultar y que, contrariamente a lo que afirma la expresión de ensimismamiento, apenas ponemos los ojos en él. En Mirlo podrá hacerlo mirando no uno, sino veinticuatro. Sin fondo conocido, en forma de luna, como si fuera una flecha, escondido bajo el bello, asomándose a una prominente barriga, entre lunares, preparado para irse a la cama... Veinticuatro ombligos de doce escritores y doce escritoras fotografiados por ellos mismos:del autorretrato de Vicente Molina Foix al de José Gutiérrez Román pasando por el ombligo de Care Santos o el de los distinguidos con el Premio Tino Barriuso Rodrigo García Marina, Juan Gallego Benot y María Sánchez-Saorín. 

Mirándose al ombligo se estrena Mirlo, el nuevo proyecto literario y fotográfico de Óscar Esquivias y Asís G. Ayerbe. Los burgaleses se embarcan en esta aventura juguetona siguiendo la estela de publicaciones compartidas como Secretos xxs (donde se escondían mensajes ocultos), el desplegable sobre El Teatro Alcázar o la infinita línea recta de Calle Vitoria. 

Esta vez, y como preámbulo de lo que vendrá, los autores de este pájaro bibliográfico juegan a descolocar al lector con los poemas visuales de los autorretratos umbilicales y el texto introductorio del autor de Inquietud en el Paraíso, que define esa cicatriz como «el zarpazo con el que nos recibe el mundo, la primera batalla ganada, el primer zurcido»; «pozo de la samaritana, cáliz del Cantar de los Cantares, óbolo de la viuda, calderilla»; «oración secreta, abismo que todos llevamos dentro, callejón sin salida, precipicio»...

«Cada número de 32 páginas y a color será monográfico, estará dedicado a un tema donde la literatura y la imagen estén entrelazadas. Es un proyecto de ambos, pero estaremos abiertos a colaboraciones», apunta Esquivias, que explica la elección del nombre por «ser un pájaro que 'enloquece de amor' como decía Juan Ramón Jiménez, casi doméstico y que canta de maravilla». 

Amantes, lectores y creadores de revistas (fueron parte de El mono de la tinta, Calamar o Entelequia, entre otras), saben de las satisfacciones -y sinsabores- de este tipo de publicaciones, así como del recorrido nunca eterno de sus números. Pero lo sueños son para perseguirlos.

Mirlo tendrá periodicidad mensual, en papel y digital y se sufragará con las suscripciones (www.revistamirlo.com).

ARCHIVADO EN: Óscar Esquivias