Visiblemente emocionada, Mónica Pérez Villegas se deshizo en agradecimientos a sus compañeros antes de asumir -de forma oficial- el cargo de decana del Colegio Oficial de Abogados de Burgos, un puesto que por primera vez en sus 188 años de historia ocupa una mujer. «Soy la primera pero espero no ser la última», comentó remedando las palabras que hace pocas fechas le dijo Victoria Ortega, la primera presidenta mujer del Consejo General de la Abogacía Española, que estuvo presente en la ceremonia que tuvo lugar en la sede del Tribunal Superior de Justicia (TSJ).
Después de nombrar a todas las vicedecanas, a las que quiso rendir «homenaje», dio unas pinceladas acerca de las principales líneas de acción que guiarán su mandato y el de su junta directiva, de la que subrayó su «compromiso» con la institución. «Somos un equipazo», resumió. En este sentido llamó «a la unidad de todos los colegiados» como la mejor receta «para enfrentarse y tener éxito en los desafíos» que tiene por delante su colectivo en los próximos años.
Así, Pérez Villegas prometió ser «muy reivindicativa» con el Ministerio de Justicia para conseguir un «incremento» en los emolumentos de los abogados que están en el turno de oficio, muy alejados de los que perciben sus colegas en territorios donde las competencias de Justicia están transferidas a las Comunidades autónomas. Del mismo modo, será exigente con la Administración estatal para que el abono de ese dinero «llegue sin retrasos», lo que ha obligado en alguna ocasión al Colegio a adelantar esas remuneraciones a sus 'asociados'. Tampoco descarta abrir el melón del aumento del IPC a la hora de tasar las costas procesales. Otro de los asuntos que preocupa a estos profesionales es el del «descanso real» durante sus vacaciones, para lo que peleará «por conseguir un escenario, para todos los abogados, que permita la desconexión digital» en los días de asueto. Asimismo, apostó por continuar en la senda de la colaboración con las administraciones, en la formación continua -y no solo con materia puramente legal- y en la solidaridad a la hora de prestar ayuda a los compañeros: a los nuevos, para que sientan el aliento de los veteranos, y a los mayores, cuando precisen cualquier apoyo en materia de nuevas tecnologías, redes sociales, etc.
Tanto ella como su junta y el resto de presentes prorrumpieron en un gran aplauso para agradecer la labor y dedicación de Guillermo Plaza y su junta saliente en los últimos cuatro años que han dirigido los destinos del Colegio. El ya exdecano tuvo palabras de agradecimiento al «extraordinario equipo» con el que ha contado en los últimos cuatro años para conseguir, entre otros retos, «la reorganización de la estructura colegial, con el objetivo de que nadie sea indispensable». Así, la institución ha logrado el certificado de calidad ISO 9100, la acreditación de buenas prácticas en servicios y prestaciones al usuario, así como reconocimientos en materia de igualdad. Tampoco se olvidó de mencionar los congresos, tres en el último año, que ha atraído a Burgos el Colegio de Abogados.
Agradeció el clima de «colaboración que ha presidido las relaciones con la Policía Nacional y la Guardia Civil» y dejó caer que en estos años ha conocido el significado de la palabra «lealtad» pese a haber sufrido «grandes deslealtades», en referencia al proceso judicial abierto contra la exgerente.