Los dueños de Mifer tienen tres meses para derribar la fábrica

C.M.
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El área de Licencias ha dado luz verde al proyecto de demolición que presentaron los propietarios. Tras el pago de la fianza ya pueden iniciar los trabajos a lo largo de este mes

El deteriorado inmueble se encuentra al final de la carretera de Arcos. - Foto: Luis López Araico

Importante paso para la desaparición de Mifer, la vieja fábrica ubicada en la carretera de Arcos que tantos quebraderos de cabeza ha dado al Ayuntamiento y a los vecinos de los edificios cercanos. El área de Licencias ha dado luz verde al proyecto de demolición presentado por los propietarios. Estos han pagado la fianza exigida, 2.500 euros, y tienen tres meses para demoler las instalaciones y poner fin a los problemas de seguridad e insalubridad que se generaban. 

El anterior Plan General de Ordenación Urbana contempló hasta 21 áreas de transformación urbana con el objetivo de propiciar la salida de industrias fuera del caso urbano empujadas por la presión urbanística y el valor de los solares que ocupaban, que permitieron a sus dueños costear los traslados (Cooperativa Avícola, Coprasa, Almacenes Cámara...). En algunos casos no se produjeron esas mudanzas sino el cierre de las instalaciones. Fue el caso de la antigua fábrica Mifer, donde el PGOU permitía la construcción de 40 viviendas.

Los propietarios no realizaron la tramitación urbanística necesaria y sus instalaciones, que llevan cerradas una década, se han ido deteriorando con el paso del tiempo. El Ayuntamiento les ha instado en infinidad de ocasiones a actuar, e incluso ha intervenido de manera subsidiaria realizando algunas actuaciones para , pero no han dado ningún paso hasta que en febrero de este año el área de Licencias les empezó a sancionar con 30.000 euros por un periodo de diez meses hasta abonar los 300.000 euros que cuesta la consolidación del edificio para evitar accidentes.

En esta ocasión las multas hicieron efecto y en abril los dueños presentaron el proyecto de demolición del edificio. No obstante, como medida preventiva se mantuvo el envío de multas hasta confirmar que no había marcha atrás. Los técnicos estudiaron la documentación y como estaba correcto han autorizado la demolición. «Una vez que han pagado la fianza, se ha firmado la licencia del derribo. A partir de ese momento tienen tres meses para hacer la obra. Si no cumplen, volveremos a imponerles multas», subrayó el concejal de Licencias, Miguel Balbás. 

Los años de abandono por parte de los dueños ha hecho que el inmueble esté prácticamente en ruina. Se han caído elementos de la estructura y se abren agujeros en las paredes que propician que se cuelen los amigos de lo ajeno o simplemente pandillas de jóvenes en busca de un lugar de reunión con el riesgo para ellos por el mal estado del edificio. 

En el interior se acumula maquinaria y también numerosas bombonas de butano. Las cubiertas de la nave principal son de amianto y deben retirarse para su depósito en un vertedero autorizado.