Unión para exigir aceras y división por la peatonalización

A.B.-J.V.
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Una parte de los residentes de la calle Romancero, en Miranda, apuesta por no retirar los vehículos, pero otros tantos piden que solo circulen peatones. «Es complicado que todos participen en el referéndum», sostienen

Cuatro de cada diez vecinos consultados por este periódico apuestan por peatonalizar la calle Romancero. - Foto: J.V.

El primer sondeo sobre el futuro de la calle Romancero arroja un resultado muy ajustado. Una escasa mayoría apuesta por peatonalizar la vía, mientras que otro segmento preferiría mantenerla como hasta ahora. Al margen de la división existente, cuentan con dos puntos en común: rechazan la colocación de bolardos y piden que se diseñen aceras con bordillos. El Ayuntamiento de Miranda ya alertó de que la «normativa vigente» no permitía separar la calzada del resto pavimento con un relieve. Además, algunos vecinos creen que «es complicado que todos participen en el referéndum». Al fin y al cabo, tienen dificultades para «ir puerta por puerta».

El 41,18% de los encuestados por este Diario tienen decidido su voto a favor de la peatonalización. En cambio, el 35,29% de la muestra se decanta por la opción contraria, quieren permitir la entrada de vehículos como hasta ahora. El porcentaje restante se reparte entre quienes no tienen una opinión conformada, aquellos que no muestran interés por la iniciativa y, finalmente, los vecinos que rechazan participar en un proceso dicotómico y sin terceras opciones. El 11,76% de los participantes en el sondeo «no saben» qué votarán, al 5,88% le «da igual» y a otro 5,88% no le convence ninguna propuesta.

El democrático proceso abierto por el Ayuntamiento de Miranda parecía inicialmente una opción viable, cómoda, abierta y sana en términos de participación ciudadana. Sobre esto, ningún vecino tiene dudas. Sin embargo, les preocupa que no todos los residentes se presenten a la votación y, por tanto, se ofrezca un resultado que no refleje el sentir de los residentes. En un principio, la labor de reunir a estos mirandeses recae sobre la propia comunidad, el Consistorio poco puede hacer para favorecerlo. Por eso mismo, auguran que los votos emitidos estarán muy por debajo del censo. Aún así, algunos habitantes comentan que «todavía falta mucho» y «no se pueden anticipar acontecimientos».

En cualquier caso, la peatonalización de la calle Romancero ahora mismo parte con ventaja. Varios motivos llevan a sus defensores a postularse en este sentido, principalmente, la seguridad y la tranquilidad. «Agradecí que se hicieran obras porque así no pasaban coches», llega a afirmar un ciudadano. «No sé lo que saldrá, pero yo tengo claro que votaré para que sea peatonal», sentencia con convicción otra de las residentes. No obstante, esta misma mujer apunta que «no quiero que pongan bolardos por si hay una emergencia».

Desde el otro frente, los detractores de cerrar el paso a los vehículos coinciden con esa postura de rechazo a los bolardos. Además, resaltan que necesitan acercar su vehículos a la puerta de casa para cargar y descargar en muchas ocasiones. «Siempre he aparcado aquí, prefiero que esté como antes», afirma un mirandés. Pese a ello, la situación actual de la vía tampoco provoca unanimidad entre este grupo de personas. «Estaba mejor antes, con doble sentido», puntualizan. Eso sí, los votantes contrarios a la peatonalización tienen claro que les gustaría que hubiera «aceras con su bordillo» si al final se mantiene el paso de coches.

Una parte amplia de las personas que residen en la calle Romancero tienen sus hogares alquilados. Ante esto, hay quienes temen que algunos que «van a estar unos meses» decidan sobre el futuro de la vía. Por otro lado, los arrendados creen que «no es cosa suya» y respetarán lo que decidan los propietarios, aunque tienen una postura tomada y en casi todos los casos pasa por la peatonalización.