Madrid diseña los desafíos del s.XXI

Agencias
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La Cumbre de la OTAN que la capital española acoge esta semana delineará la estrategia de la Alianza para los retos a los que deberá enfrentarse durante la próxima década

Madrid diseña los desafíos del s.XXI - Foto: TOMS KALNINS

La OTAN nació en 1949 como contrapeso a la Unión Soviética. En ese momento, el único enemigo.  Pero los tiempos han cambiado y las amenazas se han multiplicado, obligando a la Alianza a ampliar el alcance de su radar para incluir otras nuevas. Por eso, el nuevo Concepto Estratégico será uno de los principales resultados de la cumbre de la OTAN del 29 y 30 de junio en Madrid, el renovado documento que dirigirá las estrategias de la Alianza en los próximos años y que tendrá en cuenta la actual crisis con Rusia y la creciente agresividad del régimen de Putin, la pujanza de China o las tecnologías emergentes y disruptivas en forma de cibertaques capaces de poner en jaque a toda la seguridad de un Estado. 

 En palabras del secretario general aliado, Jens Stoltenberg, el Concepto Estratégico de Madrid «reflejará el nuevo entorno de seguridad, volverá a comprometerse con nuestros valores y reafirmará la unidad, garantizando que nuestra Alianza esté preparada para el futuro».

¿Pero qué es el concepto estratégico? La OTAN lo tiene claro: es el documento clave para reafirmar sus valores, objetivos y tareas. 

Así, su contenido proporcionará una evaluación global de los retos de seguridad a los que se enfrenta la Alianza y esbozará las tareas políticas y militares que llevará a cabo para abordarlos. Lo que viene a ser el puño de hierro en guante de seda de toda la vida. 

De ese modo, dará orientaciones sobre su futuro desarrollo político y militar. El Concepto Estratégico se revisa periódicamente, de manera que desde el final de la Guerra Fría se ha actualizado aproximadamente cada 10 años para tener en cuenta los cambios en el entorno de seguridad global y asegurarse de que la Alianza está preparada para el futuro. El de Madrid, será el cuarto desde que acabó la Guerra Fría con el Este comunista europeo.

Doce años sin renovar

La última vez que los líderes aliados adoptaron un Concepto Estratégico fue en la Cumbre de 2010 celebrada en Lisboa. Aquel documento allanó el camino para que la institución modernizara sus capacidades en la defensa colectiva -su principal misión- la gestión de crisis y la seguridad cooperativa, al tiempo que seguía promoviendo la estabilidad internacional. Instó a los Aliados a invertir en capacidades clave para hacer frente a las amenazas emergentes, ofreció nuevas oportunidades de diálogo y cooperación con los países socios de todo el mundo, y mantuvo la puerta abierta a la adhesión a esta organización defensiva para las democracias europeas.

Pero el mundo ha ido cambiando a lo largo de la última década y la competencia estratégica está aumentando, por lo que ha llegado el momento de actualizar esa hoja de ruta operativa. 

El de 2010 consideraba que la cooperación entre la OTAN y Rusia tenía una «importancia estratégica» y buscaba una «verdadera asociación» con Moscú.

Pero Vladímir Putin se ha encargado de dinamitar ese panorama amigable. Las agresiones de Rusia a Ucrania, primero con la anexión ilegal de la península de Crimea en 2014 y desde febrero con la invasión del país, hacen inevitable la necesidad de modificar la táctica.

 

Nuevas amenazas

La asertividad de Rusia no es el único motivo por el que va a ser necesario renovar el Concepto Estratégico, pero es una circunstancia que va a marcar claramente ahora sus directrices, según subrayan fuentes aliadas, que enfatizan que deberá reafirmar y guiar medidas concretas para reforzar los valores y principios fundamentales de la organización

Stoltenberg ha avanzado que el nuevo documento preparará a la Alianza para «una era de competencia estratégica y de aumento de las amenazas a la seguridad». Se prevé que haga mención a China, que no aparecía en el concepto de 2010, pero cuya pujanza militar y alineación con Rusia en contra de la política de puertas abiertas de la OTAN ha puesto en alerta a los países miembro. 

El nuevo plan debe consagrar los pilares de una política común respecto a China: comprometerse siempre que pueda, competir para preservar la ventaja e independencia de la Alianza, y disuadir cuando los intereses de seguridad de los Aliados se vean amenazados. 

En consonancia, la organización prestará más atención a la situación en la región indo-pacífica y cómo puede afectar a la seguridad transatlántica, y dará un énfasis especial a sus asociaciones. 

Además, debe expresar el compromiso de la estructura con la contribución de las mujeres a la paz y la seguridad, que no menciona el de 2010, y hacer un énfasis especial en las tecnologías emergentes y disruptivas, así como en el ámbito digital. El terrorismo, el impacto del cambio climático sobre la seguridad y las fuerzas armadas, la disuasión nuclear como garantía última de la seguridad de los Aliados o el control de armamentos y la no proliferación, también son puntos clave.