Primaria forma a diabéticos para que ayuden a otros enfermos

A.G.
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El Proyecto Paciente Activo de Sacyl llega a Burgos. Personas con esta patología impartirán talleres con las claves para convivir con este diagnóstico de la forma más saludable

Primaria forma a diabéticos para que ayuden a otros enfermos - Foto: Jesús J. Matías

La Dirección de Enfermería de la Gerencia de Atención Primaria de Burgos se acaba de sumar al Proyecto Paciente Activo que Sacyl viene desarrollando en Castilla y León desde 2015 y va a comenzar la formación de un grupo de personas con diagnóstico de diabetes tipo 2 que serán, a su vez, formadoras para el resto de enfermos con la misma patología. ¿Qué se pretende con esto?  Poner las bases para incorporar un nuevo modelo de relación sanitario-paciente que va ganando protagonismo, como explica el subdirector de Enfermería, Santiago Velasco, "en una sociedad en la que cada vez hay más personas con enfermedades crónicas y que ya no quieren tener un papel pasivo en la gestión de su enfermedad, se quiere dejar atrás aquel modelo en el que el sanitario era quien tomaba todas las decisiones de forma unilateral y el paciente las asumía sin ninguna participación".

El Proyecto Paciente Activo de la sanidad pública de Castilla y León (que también se desarrolla en otras comunidades autónomas) se inspira en el programa del paciente experto que la Universidad de Stanford (California) viene impartiendo desde hace muchos años para todo tipo de patologías crónicas y que ha acreditado ampliamente su solvencia científica. Esta institución académica ha demostrado, además, que un paciente concienciado y formado va menos veces al médico, tiene menos complicaciones, reduce el número de ingresos, de visitas a urgencias y de situaciones agudas así como la tasa de depresión y bajas laborales asociadas a la enfermedad.

Con la intención de retomar las actividades de educación para la salud, "imprescindibles en Atención Primaria", el actual equipo ha apostado por formar en esta enfermedad -que es prioritaria para Sacyl porque cada vez es más prevalente y tiene un carácter crónico- a pacientes activos, a los que se define como aquellos cuyo manejo de la patología propia supone "un modelo o referente para otros enfermos, tanto en capacidad de asimilación de la patología como en el manejo clínico y terapéutico". El objetivo, añade el subdirector de Enfermería, es controlar los instrumentos necesarios para gestionar el impacto físico, emocional y social de su enfermedad y ganar así en calidad de vida. 

No cualquier diabético vale para ser un paciente experto en diabetes, advierte Santiago Velasco, "por muy experimentado que esté": "Hacen falta requisitos mínimos como la concienciación sobre su estado de salud, que tenga capacidad de autocuidado y unas habilidades de comunicación e intercambio de conocimientos y experiencias con los iguales mediante un lenguaje propio". Este enfermero insistió en otro aspecto clave y es que el paciente experto ni es un profesor ni va a sustituir nunca al médico o a la enfermera.

El proyecto consta de tres fases, la primera de las cuales -la formación de los profesionales que participan en él, que son enfermeras- ya se ha llevado a cabo. La segunda, que consiste en la preparación de los pacientes activos que serán formadores también se ha desarrollado en Miranda pero en Burgos (tendrá lugar en el centro de salud Cristóbal Acosta) y en Aranda dará comienzo el 21 de febrero y constará de seis sesiones con un total de 12 horas de docencia en las que se abordarán los siguientes aspectos: conceptos generales de la diabetes, alimentación y ejercicio físico, autocuidado, tratamiento, convivir con la enfermedad y habilidades de comunicación y dinámica de grupos. La última de las sesiones tendrá lugar el 28 de marzo y ese mismo día se entregarán los correspondientes diplomas que acreditan la formación como paciente activo. 

A partir de entonces los llamados pacientes activos formadores ya estarán en condiciones de impartir talleres presenciales a otros enfermos, siempre con la asistencia de un profesional sanitario en calidad de observador y lo harán en cinco sesiones de una duración total de diez horas. La Gerencia de Atención Primaria calcula que al finalizar las sesiones los participantes habrán adquirido las siguientes competencias: identificar su rol en el cuidado de la salud, mejorar la comunicación con los profesionales sanitarios, manejar proactivamente la enfermedad, compartir experiencias y ponerse objetivos de salud asumibles, identificar las pautas necesarias para resolver los problemas cotidianos que se le presenten, utilizar técnicas de relajación, manejar las emociones y seguir una alimentación saludable e incrementar el ejercicio físico. 

"Las personas con diabetes tipo 2 recibirán -concluye Santiago Velasco- consejos que les van a ayudar a manejar mejor su enfermedad pero a través de personas que van a utilizar su mismo lenguaje para comunicarse con ellos, que saben lo que es vivir la enfermedad y comprender lo que les ocurre y todo de una forma más positiva y autosuficiente".