La confianza que los productores de Caderechas tenían en la campaña actual de cereza al presenciar sus árboles fuertes y cargados de flores en el mes de abril dieron un giro de 180 grados en tan solo unas horas, al comprobar como un bajada de los termómetros hasta los siete grados bajo cero durante la noche del 4 de abril arrasaron la cosecha de prácticamente todo el Valle. El paso de las semanas también ha esclarecido que el resto de los cultivos de fruta, como la manzana reineta, la ciruela, la pera o las nueces han quedado totalmente devastados.
A pesar de que durante los meses de marzo, abril y parte de mayo las temperaturas han sido suaves e incluso ha caído alguna precipitación que otra, el hielo que azotó la floración de los árboles «dañó casi el cien por cien de la cosecha de manzana y ciruela, toda la de los nogales y afectó, algo menos, la de pera», explica con pena Juan José Gandía, fruticultor y presidente de la Asociación de Productores y Comerciantes. La zona catastrófica engloba el conjunto al completo de Caderechas, a excepción de Hozabejas, Rucandio y Herrera, las zonas más elevadas donde el frío habitualmente no golpea tanto. «Comeremos cerezas y piezas del resto de frutas, pero nada que ver con otras anualidades. Nueces será más complicado», añade.
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