El Burgos Club de Fútbol ha completado una primera vuelta de la Liga brillante, por encima de los mejores presagios. Más allá de la décima plaza en la clasificación, lo realmente importante es que ha logrado sumar 28 puntos, una cifra importante en su objetivo de mantenerse en el fútbol profesional. Las cuentas en esta categoría sitúan la salvación en torno a los 50 puntos y el equipo burgalés ha cumplido con nota esta primera parte de la competición, con ocho puntos por encima del descenso, posición que ahora mismo marca el Fuenlabrada, con 20 puntos.

La trayectoria de un recién ascendido siempre es complicada y más, si como es el caso del Burgos, las dificultades económicas te obligan a ajustar mucho el presupuesto para la plantilla.

Cuando comenzó la temporada, a mediados del mes de agosto, solo existía un objetivo, sumar y sumar el mayor número de puntos posibles. Y costó al principio. Las obras de El Plantío obligaron a solicitar comenzar con dos partidos fuera de casa y tocaron rivales de entidad, Sporting y Leganés. Se perdió de forma injusta en Gijón y se sacó un valioso empate en Leganés. Luego llegaban dos ex primeras, Eibar y Valladolid, en El Plantío. El panorama era realmente preocupante. El Eibar se llevó los tres puntos de forma injusta pero ante el Valladolid El Plantío vivió la primera gran fiesta de la temporada, con una auténtica exhibición y un contundente 3-0. El efecto de El Plantío comenzaba a funcionar.

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