Las obras de ampliación del centro de salud de Salas de los Infantes se encuentran aún al 82%, cuando tenían que haberse finalizado a primeros de diciembre. La Consejería de Sanidad reconoce el retraso, que atribuye a problemas derivados de la pandemia, como la demora en la entrega de suministros y subcontratistas de fuera de la provincia, mientras que el PSOE considera que son «excusas» y que a los trabajos nunca se les ha imprimido el ritmo necesario.
La Gerencia Regional de Salud formalizó con Construcciones Hermanos Riesgo el contrato para la construcción de esta dotación sanitaria en noviembre de 2018, con un plazo de 18 meses. Cuando se paralizaron, con motivo de la declaración del estado de alarma, se había ejecutado ya el 52% y la constructora trasladó a la Junta que quedaban unos 5 meses, centrados en trabajos de instalaciones, carpintería, cerrajería, revestimientos y pinturas, fachada y urbanización, según la información facilitada entonces por la administración.
Sin embargo, la segunda mitad del año 2020, en la que la construcción estuvo plenamente operativa, no ha bastado para que se finalicen. Desde la Consejería confirman que el plazo se ha ampliado por «motivos derivados de la pandemia por covid-19», sin que haya supuesto «una modificación del contrato», recalcan.
Los Presupuestos regionales contemplan en 2021 una partida de 226.069 euros para la finalización de esta infraestructura, que fue adjudicada por 2,26 millones.
La portavoz del Partido Socialista en el Ayuntamiento de Salas de los Infantes, Loli de Domingo, ha seguido desde el principio la evolución de los trabajos del centro de salud y considera que no se ha actuado con la diligencia necesaria. «Ha estado parado mucho tiempo y otras épocas con solo 2 trabajadores», se queja para criticar no solo la demora, sino también el proyecto que se está ejecutando.
«Parece más un centro diseñado para el Levante o Andalucía que para Burgos, con zonas oscuras y sin ventanales, un tejado recto...», detalla tras haber visitado las instalaciones en construcción. «Esperemos que no sea un corta y pega de otros proyectos y ocurra como con la guardería», que se tuvo que cerrar por deficiencias. Así, asegura que en esta construcción existe un muro que «impide dar la vuelta a las ambulancias», opina para finalizar con una anécdota. «Van a plantar naranjos. ¡En Burgos!», exclama con ironía.
El nuevo edificio fue diseñado por el estudio salmantino de arquitectos Sánchez Gil, que ganó un concurso de ideas de 2015. Se levanta en una parcela de 4.000 metros cuadrados, contigua a la que actualmente ocupa el centro de salud existente, que se ha quedado pequeño y obsoleto desde hace años. Contará con seis zonas de atención y servicios diferenciadas y dará servicio a las más de 3.800 tarjetas sanitarias de una zona básica de salud a la que pertenecen 53 localidades.
Antes de la irrupción de la covid-19, estaba estructurado con una zona de consultas de Atención Primaria, zona de extracción analítica, zona de atención continuada, unidad de profilaxis obstétrica, unidad de rehabilitación, y dependencias para los servicios oficiales de Veterinaria, con dos despachos y un almacén. También contará con unas dependencias destinadas a la Unidad de Soporte Vital Básico, que incluyen sala de estar, office, vestuario, dormitorios y vertedero.