El comercio arrastra un estío sin ventas y con leves rebajas

I.M.L.
-

Los comerciantes confían en que la llegada de veraneantes a los distintos pueblos de la zona de influencia sirva de empujón para una campaña que nadie se resigna aún a dar por perdida

Zonas céntricas y comerciales como esta calle Ronda muestran una imagen vacía cuando los establecimientos lanzan sus segunda rebajas. / I.m.l. - Foto: I.M.L.

El sector comercial en la capital ribereña no está pasando por uno de sus mejores momentos. La necesaria reactivación de la economía a duras penas se deja notar en muchos establecimientos que, enfilando ya la segunda parte de la temporada de rebajas, tampoco tienen el deseado trajín de clientela. «Aquí llevo toda la tarde, vigilando la puerta para ver si entra algún cliente, pero nada», lamenta una veterana del comercio textil en la ciudad desde la terraza del bar más cercano, donde se toma un café. «Quiero creer que no soy solo yo, que estamos todos igual, porque en la calle no se ve gente con bolsas», analiza desde la experiencia.

En efecto, otros compañeros comerciantes sufren lo mismo. «Podemos pasarnos días enteros sin una venta, con dos o tres personas que entran a mirar y nada más; aguantamos abiertos más rato por la tarde, a ver si vienen cuando baja el calor, pero tampoco», reconoce una dependienta mirando hacia una calle en la que se ve poco tránsito de posibles clientes, mientras la poca gente que se ve se limita a parase en los escaparates a mirar las ofertas. «Estas rebajas da igual los descuentos que hagas, la gente tiene ya de todo y sin gastar del verano pasado, si no es por un evento, que encima hay pocos, o un capricho no se van a comprar nada nuevo», apuntan desde la boutique vecina, en pleno centro comercial arandino.

Por eso de no dar pistas a la posible competencia, la estimación en cifras del bajón de las ventas es una respuesta que muchos eluden, dejando caer que «algo más que el año pasado, eso seguro, a poco que hagamos de caja a la semana, pero ni la mitad que en las campañas de antes de todo esto» responde a la pregunta un comerciante. Dos locales más allá se atreven a asegurar que «si no llegamos a traer nada nuevo esta temporada y nos ponemos a sacar todo lo del verano pasado, habríamos cubierto gastos al menos, así son pérdidas», lamentando que van a abarrotar el almacén de todo lo que no vendan el próximo mes.

En el mes de agosto depositan sus esperanzas muchos comerciantes. «Las rebajas, ni ahora ni antes, no atraen ya a nadie porque todo te lo puedes comprar más barato por internet», recalca un comerciante clásico del centro arandino, que mira más allá de esta temporada de descuentos, como muchos de sus colegas. «Ahora es cuando se supone que vendrán los veraneantes a los pueblos, esos luego bajan aquí a comprar», reconoce un comerciante del gremio zapatero. Ya sea algo que necesitan o que vienen sin prisas, curiosean y se animan a comprar, los comerciantes aseguran que esos son clientes de temporada pero muy activos. «Yo tengo clientas que viven en Madrid o en Bilbao y vienen siempre a comprar en Navidad y en agosto, cuando vienen al pueblo, porque aquí tienen más tiempo», explica la responsable de una tienda de moda desde detrás del mostrador, donde descansa abierto el libro con el que estaba pasando la tarde. «Hasta que no has entrado tu, no había venido nadie», confiesa con resignación.