Pasión confinada, pasión conectada

H.J.
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Las cofradías de la Semana Santa burgalesa afrontan con resignación la obligación de vivirla en el domicilio y animan a mantener viva la fe con la ayuda de la tecnología

Un cofrade del Santísimo Sacramento y Jesús con la Cruz a Cuestas se asoma a su ventana.

«La procesión va por dentro» es sin duda el titular más socorrido para describir una Semana Santa tan extraña. No es precisamente un alarde de originalidad y lleva siendo machacado varios días por todos los medios de comunicación, pero es la expresión que mejor y más literalmente resume lo que están viviendo los devotos: la Pasión más interior y menos callejera que jamás hayamos vivido.

A estas horas del lunes, cuando usted como lector se detenga en estas líneas, debería prevalecer la resaca de la entrañable procesión de La Borriquilla del Domingo de Ramos y estarían con los últimos preparativos los participantes en el Vía Crucis penitencial que ascendería esta tarde-noche por las laderas del parque del Castillo hasta el más famoso mirador sobre la ciudad.

Pero no podrán hacerlo, como ya les ocurrió a las procesiones programadas desde el Viernes de Dolores y como les pasará a todas este año. Porque el «quédate en casa» no tiene excepciones religiosas. Así lo admite con resignación el presidente de la Junta de Semana Santa, Eusebio Barriuso, quien recuerda que «muchos trabajamos todo un año para poner las procesiones en la calle y esto supone un disgusto, pero lo más importante es que se solucione la situación actual».

Barriuso prefiere no entrar en especulaciones sobre posibles traslados de fechas a septiembre, en torno a la festividad de la Santa Cruz, como se ha llegado a barajar, porque insiste en que «lo que nos interesa es que se resuelva la situación sanitaria y ya iremos viendo después qué podríamos hacer».

Aunque no pueda haber ninguna manifestación callejera de la fe, algunos cofrades han ido lanzando por redes sociales a lo largo de los últimos días distintas iniciativas para visibilizar la Semana Santa burgalesa, al menos desde el interior de sus viviendas. Poner una vela, un cartel o un capirote en la terraza, el balcón o la ventana han sido algunas de las ideas lanzadas, todo con tal de mantener una mínima conexión y comunicación para aferrarse a una celebración colectiva de la fe.

Jaime Prado, prior de la Ilustre Archicofradía del Santísimo Sacramento y de Jesús con la Cruz a cuestas, que coprotagoniza la Procesión del Encuentro, también expresa su tristeza, teniendo en cuenta además que ese evento del Jueves Santo, la estrella mediática de la Pasión burgalesa, tenía previsto emitirse este año en directo y por Televisión Española para su difusión a nivel nacional.

«Ahora tendremos que vivirlo cada uno desde su casa, pero nosotros tenemos la suerte de que podemos emitir en Youtube y las misas nos las dan diariamente Maxi y Quique, el párroco de San Cosme y San Damián y el coadjutor, haciéndonos llegar así la parroquia a casa». Los cofrades están maquinando desde hace días cómo trasladar una suerte de retransmisión en streaming de los oficios del Jueves y el Viernes Santo, y pretenden reemitir procesiones de otros años, además de recrear, desde las 19.15 horas del Jueves Santo en el canal de YouTube de la parroquia, una procesión del Encuentro virtual para «al menos matar el gusanillo cofrade y paliar la nostalgia».

No es la única cofradía que va a utilizar sus redes sociales (Youtube, Whatsapp o Facebook, principalmente) como canales de comunicación permanente y de emisión de celebraciones, aunque de esta forma tan sui generis.

EL INDULTO SIGUE EN PIE. El hermano mayor de La Soledad, Carlos Gutiérrez, demuestra también una gran templanza en la asunción de lo que toca este año para todos, e incluso trata de sacar el lado positivo: «Asumimos que hay que protegerse frente a esta enfermedad. Dios ha querido que esta Semana Santa no la vivamos reglada, pero de esta forma podremos llevarlo con menos agobios por las cuestiones organizativas y con más fe, porque a veces estás más pendiente de otras cosas que del sentimiento religioso». De ahí que Gutiérrez defina este momento «como algo más interior, de muchísima espiritualidad».

Desde 1944, su Cofradía mantiene la tradición de liberar a un preso y en esta ocasión, pese al cambio de las circunstancias, ha seguido manteniendo la petición al Gobierno, aunque no sabe qué ocurrirá con ella. «Hemos llevado adelante la petición del indulto, no con mucha fe pero ahí está la propuesta que viene de 2019. Que sea la Justicia la que decida», explica. También en esto hay resignación.