«Se pusieron las botas en dos días», comenta resignada una de las víctimas de una serie de robos que tuvieron lugar la semana pasada en Burgos, en la zona de la antigua Cellophane. Unos ladrones accedieron a varios bajos y chalés del barrio para robar joyas y otros enseres de valor aprovechando que los dueños no estaban en las viviendas. La Policía Nacional ya se ha puesto manos a la obra para intentar identificar a los autores de estos asaltos.

Los primeros robos se conocieron el día 9. Sobre las siete de la tarde, el propietario de una vivienda unifamiliar de la calle Mecerreyes, entre La Castellana y Cellophane, alertó de que alguien había entrado en su casa por el jardín, había forzado las ventanas y había accedido al interior. Poco después, al servicio de emergencias 112 de Castilla y León llegó un aviso de otro asalto en otro chalé en otra vía de la zona, Luis Rodríguez Arango. Como en la casa 'vecina', los cacos habían logrado colarse a través de la parte baja.

Solo dos días después, el viernes 11, se denunciaron otros dos robos en una urbanización de la zona de Cellophane que tuvieron que cometerse entre las 19 y las 20 horas. Los dos en viviendas ubicadas en el bajo. En el número 7 de la calle Caleruega, según fuentes del 112, denunciaron que habían forzado la ventana de la zona ajardinada. Los cacos, que se encontraron con un perro en el interior de la casa, lo encerraron en una de las habitaciones para poder maniobrar a su antojo.

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