Miranda vibra sobre ruedas

ARSENIO BESGA
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La concentración motera de Campturis reunió a más de mil personas, tanto de la ciudad como de otras regiones. La organización y la hostelería destacan el «buen ambiente» y el «impulso» que suponen tantas actividades juntas

La Plaza de España y el resto del Casco Viejo estaban a rebosar durante el mediodía. - Foto: A.B.

El olor a gasolina y el sonoro rugido de los motores invadieron este fin de semana todas las calles de Miranda. Más de mil aficionados al mundo del motociclismo se montaron sobre sus vehículos para disfrutar de su pasión acompañados por sus semejantes. La concentración organizada por Campturis constató una vez más su éxito. «Hay aproximadamente entre 500 y 600 inscripciones», relataba el presidente del grupo, Francisco Bautista. Eso sí, al mismo tiempo advertía de que «hay bastantes más participando que los que se han inscrito».

Resultaba imposible contabilizar a simple vista cuantos vehículos formaron una cadena por la comarca durante la mañana. Sobre dos ruedas, tres o cuatro, Miranda vibró al completo. Y no solo gracias a sus propios habitantes. «Ha venido muchísima gente del País Vasco», explicaba Bautista. Para aquellos que están inmersos en el mundo del motor no resulta muy complicado distinguir la procedencia de sus compañeros de carretera. Según comentaba el presidente de Campturis, «se nota en las cazadoras con las insignias y pines». «Además, es que estamos en un punto estratégico para que vengan de Bilbao y zonas cercanas», añadía. «Esto es un cruce de caminos», sentenciaba.

La impresionante concentración atrajo a cientos de visitantes, no obstante, el verdadero valor de los eventos no solo tiene que ver con el número de los participantes. El «buen ambiente» reinó, sin duda. Jóvenes y mayores, familias y grupos de amigos, se reunieron para quemar goma sobre el asfalto. Además, la meteorología acompañó con creces. «Hemos tenido mucha suerte, porque hace buen tiempo», analizaba Pepe Rey, presidente de la Asociación de Hosteleros de Miranda.  «Con el día que ha salido ha venido más gente», reiteraba el dirigente de Campturis.

La organización calcula que más de 600 personas participaron en la ruta por la comarca durante la mañana del sábado.La organización calcula que más de 600 personas participaron en la ruta por la comarca durante la mañana del sábado. - Foto: A.B.

Al fin y al cabo, los eventos programados no solo tienen un impacto en el ocio sano de los propios participantes. La concentración ha conseguido que Miranda recobre parte de la vida que ha ido perdiendo. También desde el punto de vista económico. «Es un impulso para toda la ciudad, realmente», reflexiona Rey. El hostelero sostiene que «uno al final le compra pan al panadero, al carnicero le compra más carne, y se forma una rueda». En resumidas cuentas, «es bueno que hagan cosas de estas». «Ojalá hubiese una concentración de esta magnitud todos los fines de semana, o una vez al mes», propone el presidente de la Asociación.

Las actividades toman semejante trascendencia, en parte, porque se distribuyen a lo largo de todo el mapa mirandés. El evento de apertura más típico, la ruta motera, empezó junto al campamento situado en el Pabellón Multifuncional. Ahora bien, pocas horas después, el ruido de los cilindros se desplazó hasta el Casco Viejo. Allí se ofreció una apetitosa paella con banda sonora de fondo. «Que vayan 600 personas a tomar un vino a esa zona, le da muchísima vida», apunta Rey.

Esta edición de la concentración motera de Campturis guarda importantes similitudes con sus predecesoras. «Veo un movimiento parecido», explican desde la Asociación de Hostelería. «Ha sido similar, pero el viernes hubo mucha más gente que otros años», completa Bautista. Tras dos cursos sin congregarse sobre el asfalto, los aficionados de la velocidad tenían más ganas que nunca de hacerlo.