Sin ninguna fe en los políticos, con la angustia de que cualquier día se puede repetir la tragedia y más que hartos de que nadie se acuerde de que en los pueblos pequeños viven personas que necesitan infraestructuras y servicios de calidad se concentraron ayer alrededor de 400 vecinos de una veintena de localidades burgalesas y palentinas en Zarzosa de Riopisuerga para exigir la construcción de nuevos puentes y más seguros en el Canal de Castilla, que eliminen los puntos negros de tráfico en la zona. En la memoria de todos, el accidente ocurrido hace diez años en la esclusa 13 en el que seis personas fallecieron tras caer su vehículo al agua. 

Tras la anual misa en recuerdo de las víctimas en la iglesia de La Inmaculada, se empezaron a formar los primeros corrillos en la plaza y, poco a poco, se sumó un goteo constante de gente de todas las edades. En la pared del Ayuntamiento, una pregunta y una expresión de rabia: ¡¿Hasta cuándo políticos CyL abusaréis de nuestra paciencia?! Sobre las doce y media, la hora concertada, en torno a 400 personas de Zarzosa, Melgar, Hinojal, Rezmondo, Naveros, Ventosa, Herrera de Pisuerga, Sotresgudo y San Llorente, entre otros municipios, se colocaban tras las pancartas y levantaban carteles: 10 años sufriendo y solo falsas promesas; Abandono de sus puentes, abandono de sus gentes; Zarzosa reclama soluciones; Nuestras vidas no os importan; Castilla y León no es vida...

La muerte de Laura Pérez Martín, Margarita Alonso Porta, Marta Santamaría Madrazo, Paula Santamaría García, Irati Lanz Santamaría e Ibai Azkue Arroyo aún duele. Todos los que ayer manifestaban su tristeza, hartazgo e impotencia mantenían vínculos familiares con ellos. 

Victoria Vallejo, 87 años, abuela de Laura, seguía la concentración con su hermana Milagros, de 92 años, y aún maldecía lo ocurrido aquella noche. «No adelantaremos nada. Hasta que no vuelva a ocurrir otra desgracia nadie nos hará caso», lamentaba. 

La pequeña Noa, que ondeaba un cartel con el lema Patrimonio de muerte, no se separaba de su padre, Isusko, con otro en el que decía Basta de engaños. Su madre, Amaia Marcos, documentó con su cámara todo el acto. Ella es prima de Ibai y ha vivido muy de cerca la angustia de la madre de este, Margarita, que se ha movido de despacho en despacho sin éxito para exigir la construcción del prometido puente hace un año en la esclusa del fatal accidente, en Naveros (Palencia). «Estamos cansados e indignados. Son diez años y no hay absolutamente nada. Se pasan la pelota unos a otros. Basta ya», reclamaba Amaia. 

Para que se escuchara alto este grito, Puri Alonso, erigida en portavoz de los convocantes, se dirigió a sus vecinos, aunque sus palabras más se destinaran a los políticos. Estos, más allá de algunos alcaldes de los municipios afectados, solo tuvieron representación en el diputado socialista Ignacio Grajal, regidor de Padilla de Abajo, que, aunque fugazmente, sí se pasó por allí para mostrar su apoyo. «Es un tema que lleva coleando mucho tiempo y urge una solución. La comarca necesita un puente adaptado a la situación actual y que se eliminen los puntos negros de tráfico», sostuvo y avanzó que están estudiando «presentar una proposición o algo» para que las diputaciones de Palencia y Burgos colaboren en ella. 

«Catorce personas han fallecido en Naveros, cinco en Zarzosa, una sola ya es mucho. ¿Cuántas más deben morir para que hagan algo los políticos? No han hecho nada para remediarlo, solo ponen trabas y zancadillas, muchas promesas y ninguna realidad. Las administraciones no están por la labor, les importamos nada, lo único que hacen es darnos largas y hacerse fotos», exclamó Alonso amplificada por el micrófono y evocó la que se hicieron hace un año en Naveros para presentar el proyecto del nuevo puente que aún esperan y que temen ya no se construya «porque, al parecer, a Patrimonio no le ha gustado». 

«Lucharemos por puentes nuevos y seguros, no pararemos hasta conseguirlo. Ni una vida perdida más», sentenció seguida de un aplauso con el que concluyó la concentración, que no la acción. 

De manera espontánea un buen grupo se encaminó hasta la esclusa 9 con las pancartas. Recorrió los casi dos kilómetros que separan el pueblo del Canal de Castilla para reiterar su enfado y evidenciar su lamentable estado. A sus pies, el regidor de Zarzosa, Jesús Damián García, comentaba la necesidad de un puente alternativo, que permita el paso de maquinaria agrícola, industrial o forestal. 

El cántico De norte a sur, de este a oeste, la lucha sigue, cueste lo que cueste con el que se arrancó un corro de personas dejó claro que ni Zarzosa ni los pueblos de la zona se rinden. Ya barajan nuevas movilizaciones para seguir reclamando lo que consideran de justicia.