La tramitación administrativa del trazado del AVE a Vitoria ha concluido después de que ayer el Consejo de Ministros autorizara la aprobación del expediente de información pública y audiencia definitiva de su estudio informativo. A partir de este momento el avance en la ejecución de la línea ya solo depende de la voluntad política del Gobierno central a la hora de dotar presupuestariamente este proyecto. El próximo paso que habrá que dar será el de licitar la redacción de los proyectos constructivos y hay que recordar que la nueva presidenta de Adif, María Luisa Domínguez, adquirió el compromiso de hacerlo a lo largo de 2022. Habrá que ver la fecha exacta.
El Consejo de Ministros autorizaba la aprobación del estudio informativo y, paralelamente, daba luz verde a la «revisión y modificación de los planeamientos afectados», en referencia a los cambios que impuso el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico cuando dio luz verde a la declaración de impacto ambiental.
La línea férrea Burgos-Vitoria va a discurrir por el extremo oeste de La Bureba -Temiño, Rublacedo, Rojas, Vileña- y no por el corredor central -en el que ya están construidas infraestructuras como la actual línea férrea, la N-I o la AP-1- para dar una mayor protección al visón europeo. Ahora bien, el Ministerio establecía que el proyecto por este trazado ha de incorporar «una serie de medidas adicionales dirigidas a minimizar la fragmentación de hábitats faunísticos y el impacto paisajístico». Y la verdad es que las mejoras que exige respecto al estudio informativo son unas cuantas y están bien descritas. En concreto, la declaración establece que hay que construir o ampliar 26 estructuras -entre pasos inferiores o superiores, viaductos y túneles- a lo largo del trayecto del AVE entre Burgos y Vitoria. Así, entre la capital de la provincia y Pancorbo, el informe contempla el aumento del ancho en ocho pasos de fauna; la ejecución de cuatro más de los proyectados; la construcción de dos falsos túneles, y la ejecución de cuatro nuevos viaductos.
Entre Pancorbo y Vitoria, se plantean tres viaductos más, dos falsos túneles y la ampliación de otro paso de fauna. Las modificaciones más importantes, en todo caso, se prevén en los viaductos sobre el río Oroncillo, que se prolongarán en una longitud de un kilómetro para evitar afectar a la vegetación de la ribera del río Rosales. Todas estas nuevas medidas que impone Transición Ecológica conllevarán un incremento del coste de la obra, si bien no queda cifrado en la declaración. Hay que recordar que todo el proyecto costará en torno a los 1.400 millones de euros, según los cálculos iniciales.