¿Son dos puntos más o son DOS PUNTOS MÁS? No es fácil discernir después de una victoria la importancia del éxito como cuando nos centramos en el fracaso de la derrota, pero la de ayer tiene un 'plus' quizás no antes visto en el resto de temporada.

Llegaba el Balonmano Burgos a El Plantío después de 10 días convulsos en los que hubo un partido aplazado frente a Novás en el que se cortó la buena marcha del equipo, un empate frente al Villa de Aranda, meritorio para los ribereños e intrascendente para los cidianos, y una poco sorprendente derrota ante Puente Genil que más que restar deportivamente es un último lastre anímico para encarar el duelo decisivo de ayer ante un rival directo como Amenabar Zarautz. Rival que ya en la primera vuelta clavó una dura estaca en el pecho de las ilusiones burgalesas del ascenso que, ¡ojo!, aún es el objetivo.

Por eso, los de ayer, son DOS PUNTOS MÁS. Son los puntos que te aúpan o te hunden porque, previsiblemente, el buen hacer de los vascos esta temporada le llevará a la segunda parte de la temporada en los puestos de arriba y ahí es donde esta victoria tendrá el mérito que merece.

Pero hay más lecturas, porque cabe destacar cómo se consigue el triunfo. Este fue el encuentro de la madurez de algunos jugadores silenciosos llamados a liderar al equipo porque ¿se imaginan el mismo choque sin la entrega de Espinosa, el talento de Suárez o el carácter de Gallardo?

Por último, es importante saber que el calendario ahora para los de Nacho González es un verdadero reto. Más allá de la hipotética, pero ansiada, remontada copera, la jornada 16 será contra Guadalajara, allí, y la última, la 18, ante el líder, el Cisne, en su casa. De ahí que estos puntos haya que escribirlos con mayúsculas.