Editorial

El decreto llega justo de apoyos y no despeja todas las incertidumbres

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El decreto del Gobierno de medidas de ahorro energético que llega hoy al Congreso de los Diputados servirá para evidenciar una vez más las diferencias entre los distintos partidos políticos, y la dificultad del Ejecutivo para lograr los consensos necesarios para sacar adelante sus políticas. Los argumentos y réplicas que escucharemos en la tribuna fijarán los discursos que se oirán a partir de este momento durante el nuevo curso político que ahora empieza, y que será de los más crispados ante el panorama electoral que asoma ya en el horizonte, con las municipales y autonómicas en buena parte del país el próximo mes de mayo, y las generales ya a finales de 2023.

Muestra de la volatilidad de los consensos es que el Ejecutivo se abrió a última hora a incorporar modificaciones a ese decreto por la vía de enmiendas por medio de un decreto ley, una vez salga adelante el texto. Sin embargo, el PP no parece estar dispuesto a dar su brazo a torcer -siquiera por la vía de la abstención- escudándose en los aspectos más polémicos del documento como limitar los aires acondicionados o la calefacción, o el apagado de los escaparates por la noche, cuando el decreto contempla otras medidas como las becas a estudiantes o ayudas al transporte público. Es por eso que pide votar las medidas por separado. Además, los que han sido en otras ocasiones muleta del Gobierno volverán a intentar sacar provecho de esta debilidad, toda vez que ERC, PNV y Bildu aún no definieron el sentido de su voto hasta horas antes de la votación.

Esta sesión en el Congreso será por tanto la antesala de las disputas políticas que se escucharán a partir de ahora en una precampaña que se presume larga, y que estará teñida por el debate energético por un lado, y el económico por otro, bajo el tamiz de la guerra de Rusia en Ucrania que ha cumplido ya seis meses y no tiene visos de acabar, en todo caso de recrudecerse ante los últimos acontecimientos. Se confrontarán las medidas de ahorro energético en favor de una transición ecológica que no siempre serán compatibles con las medidas de apoyo a los sectores productivos que más están padeciendo la crisis derivada del encarecimiento de la energía o de las materias primas, y una inflación que empieza a tornarse en estructural y que nos hace asomarnos a un escenario de recesión en el conjunto de la Unión Europea. Es lo que se prevé ya como un otoño oscuro que vendrá desde el este con el corte del suministro del gas a Alemania. Son por tanto muchas las incertidumbres que condicionan a día de hoy cualquier previsión económica o perspectiva de crecimiento, a las que hay que sumar además el arranque de un curso que salpicará nuestro parabrisas político con una carrera electoral que hará imposible que miremos más allá con las luces largas. La sesión de hoy nos dirá por tanto qué importancia le damos a nuestro futuro.