Otra noche de vandalismo en el Casco Alto

J.M.
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Los coches aparcados en la carretera del Castillo sufren una docena de roturas de retrovisores y de cristales, y los vecinos insisten en su hartazgo por esta situación

Otra noche de vandalismo en el Casco Alto - Foto: Alberto Rodrigo

Los vecinos del Casco Histórico Alto están cada vez más hartos. Cuando no es el botellón el que les quita el sueño (ruido, suciedad...) son los actos vandálicos los que colman su paciencia. Un día es la rotura de las escaleras mecánicas, otro el del ascensor y con una reincidencia mayor de la deseable los destrozos a los vehículos estacionados en sus calles.

Este fin de semana han sufrido este tipo de violencia por partida doble ya que entre la madrugada del viernes como en la noche del sábado, al menos una docena de turismos aparcados en la carretera del Castillo (en las traseras del Hotel Abba) aparecieron con las lunas o los retrovisores rotos.

No terminan de acostumbrarse a esa forma de divertirse tan estúpida de cuatro indocumentados que no saben pasárselo bien los fines de semana como la inmensa mayoría de los jóvenes.

Jorge Marcos, vecino de la zona, relata cómo los agentes de la Policía Nacional con los que pudieron hablar tras detectar los destrozos les confesaban que no daban abasto para atender las llamadas que recibían. Este residente no daba crédito tampoco cuando le aseguraban que eran unos 800 jóvenes los que esa noche estaban haciendo botellón en las inmediaciones del Castillo.

(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)