El comercio del centro abre, el de Gamonal se da un respiro

Alejandra G. Feijóo
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La localización, el número de empleados y la facturación son los factores que más se tienen en cuenta a la hora de decidir si tomar vacaciones o mantener las puertas abiertas en agosto

El comercio del centro abre, el de Gamonal se da un respiro - Foto: Daniel Canas

En verano es habitual observar cómo comercios y bares cuelgan el cartel de «cerrado por vacaciones» con el fin de que sus propietarios hagan las maletas y desconecten de la carga de trabajo que acumulan a lo largo del año. Especialmente se suele aprovechar la semana del puente de agosto en la que se entiende que la clientela también es menor y, por tanto, las pérdidas no son del todo determinantes. No obstante, tratándose de negocios no se puede generalizar porque cada cual es diferente al de al lado y en la decisión de cerrar pueden influir tres factores: la localización, el número de empleados y la facturación anual.

Burgos cuenta con un turismo excepcional en verano que hace que los locales del centro no puedan permitirse desaprovechar estos nuevos visitantes que ya de paso desean probar la reconocida gastronomía burgalesa o dar un paseo por los comercios locales. No es el agosto de las costas, pero es una zona que compagina puntos de interés turísticos fuertes como el Museo de la Evolución, Atapuerca o la Catedral, que está en un momento clave por el VIII Centenario. Esto, sumado a que la competencia tanto en la hostelería como en los comercios cada vez es mayor en el centro y que el consumo no es lo elevado que se desea, hace que los propietarios de esta zona no se planteen cerrar las puertas. Cabe añadir que, además, es época de plenas rebajas, un factor que siempre hace las ventas más sencillas. «Burgos es muy privilegiado en la zona centro para el comercio y tiene un funcionamiento distinto al del resto de barrios que sí que aprovechan este mes para cerrar. Aquí, de hecho, las propuestas van encaminadas a que cada vez el horario de venta sea mayor», asegura Belén Marticorena, gerente de la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico.

En el caso de la hostelería ocurre exactamente lo mismo, pero el hecho de que el número de trabajadores sea mayor que en los comercios locales hace que los camareros puedan alternar los turnos para que así puedan tener su semana de vacaciones dejando el bar abierto de forma permanente. Luis Mata, presidente de la Federación de Hostelería de Burgos, confirma que «son los meses más potentes para nuestro sector, factores como el clima, el turismo y el mayor tiempo libre de los burgaleses hacen que aumente una clientela que hay que atender y cuidar» .

El comercio del centro abre, el de Gamonal se da un respiroEl comercio del centro abre, el de Gamonal se da un respiro - Foto: Daniel Canas

En el resto de barrios las condiciones son muy diferentes, porque la carga turística es inexistente y la mayoría de los vecinos acostumbran a pasar parte del verano en sus pueblos o a viajar a las zonas de costa. Por ello, estos comercios y bares de barrios como los del G-3 o Gamonal desde finales de julio comienzan a colgar el cartel. Los autónomos son los que más se replantean la opción, ya que si no facturan no cobran y en ocasiones los ingresos son básicos y es complicado permitirse ese lujo.  «Compaginar vacaciones y autónomos es posible, pero no es habitual. Todo es cuestión de organización», aseguran desde la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA).

Hay quienes para reducir costes y no cotizar se dan de baja el mes que se van de vacaciones o, en el caso de que no tienen trabajadores, esos días contados; pero desde este colectivo no consideran que sea la mejor opción.

 

"SIN CLIENTES, NO TIENE SENTIDO"

Borja García, gerente de Zona G, asociación de comerciantes de Gamonal, pone voz al conjunto de propietarios del barrio: «Hay que ser conscientes de que en estos meses el movimiento de la clientela disminuye drásticamente y sin ellos abrir no tiene sentido». Los comerciantes aseguran que interesa más cerrar y ahorrarse los costes de luz que abrir y no conseguir la facturación que los cubra. Es por ello que la calle Vitoria está repleta en estos días de carteles que anuncian «cerrado por vacaciones».