Un año después de que este periódico anunciara el acuerdo entre la multinacional Barceló y la familia Carcedo para el alquiler del emblemático hotel Almirante Bonifaz, la cadena balear ha decidido poner punto y final a la vinculación. Según fuentes consultadas por Diario de Burgos, el gigante turístico ha aprovechado la coyuntura de la COVID-19 y las malas previsiones a corto plazo del sector y ha decidido rescindir unilateralmente el contrato que le vinculaba al inmueble a través de una de las cláusulas contempladas en el mismo.

La huida provoca que los 15 empleados del complejo, varios en edades cercanas a la jubilación, se encuentren ahora entre la espada y la pared, con sus puestos peligrando. De momento han sido reabsorbidos de nuevo por la familia Carcedo, propietaria del edificio, pero esta ya se está planteando la mejor salida para los mismos. «Las perspectivas no son las mejores, nos ha pillado de sopetón, sin clientes y en un verano en el que hasta en la costa están bajo mínimos.Es imposible pensar en abrir», lamenta Luis Carcedo, que confirma que el hotel continuará cerrado. Lo que también adelanta el propietario es el traslado a su equipo jurídico de la situación y la decisión que ha tomado Barceló para ver si es posible tomar acciones legales contra la cadena hotelera. «No han tenido un comportamiento y actuación demasiado lógica ni ética.Han sido muy poco elegantes», lamenta Carcedo.

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