El turismo rural está de moda y se ha convertido en un motor de desarrollo y, curiosamente, en una de las tablas de salvación para muchos pequeños pueblos de esta provincia. No he descubierto, desde luego, la pólvora, pero sí creo que deberíamos rendir homenaje y dar ánimos a esos emprendedores que, contra viento y marea, algún que otro palo en las ruedas y mareos burocráticos, han puesto en marcha establecimientos de este tipo en esas pedanías dejadas de la mano de Dios. Algunas de estas poblaciones no suman más de medio centenar de almas en sus menguantes padrones. Se lo merecen. También, por cierto, un mayor apoyo e incentivos de las administraciones públicas.

Hoy no es fácil tomar la iniciativa en un medio rural que se despuebla y que adolece de servicios, equipamientos e infraestructuras..., pero, por fortuna, sigue habiendo jóvenes que apuestan y arriesgan trabajo y fortuna en el tornadizo e inestable sector de la hostelería. 

Cuando hablamos de turismo rural miramos casi siempre a comarcas como Merindades, Bureba, Ribera, Arlanza, Odra-Pisuerga..., con rutas, paisajes de ensueño o un patrimonio grandioso, pero aquí al lado, en el mismo alfoz y en esas aldeas dispersas por toda la geografía provincial, también hay una variada y atractiva oferta por descubrir. Esa iglesia, la ermita, el pequeño monte, esos caminos y, sobre todo, la quietud y tranquilidad de un pequeño pueblo y esas esencias antañonas del Burgos más rural también tienen su aquel y predicamento, incluso más allá de nuestras fronteras. 

Bien lo saben Verónica y Marcio, un joven matrimonio que ahora está embarcado en la reforma de una casa en Villanueva Matamala, a tiro de piedra de Arcos de la Llana, para vivir ellos y ampliar, con una piscina, los servicios de otra casa que han convertido en hostería rural. Suerte en la aventura a ellos y otros muchos que también se han empeñado en demostrar no con palabras -como nuestros políticos- sino con iniciativa y hechos que en el medio rural burgalés hay futuro para quien quiere emprender y además fijar población. Se puede.