Cerveza con laureles

ALMUDENA SANZ
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La marca burgalesa Bajo Cero hace pleno de medallas, un oro, tres platas y un bronce, en las cinco que presenta al International Beer Challenge 2022 y gana el Premio Revelación

Daniel Rodríguez posa feliz con las Bajo Cero galardonadas: Doppelbock (oro), Páramo, Lagerbier y Witbier (plata) y Risco (bronce). - Foto: Luis López Araico

Dice Daniel Rodríguez que la cerveza artesana son olores, colores y sabores. Y los de Bajo Cero brillan más que nunca tras el éxito obtenido en el International Beer Challenge 2022, un concurso lanzado desde Reino Unido que lleva 26 ediciones distinguiendo la excelencia en la producción cervecera de todo el mundo. La marca burgalesa ha hecho pleno, con medallas en las cinco especialidades presentas, más el Premio Revelación. 

«Que nos premiaran las cinco ha sido toda una sorpresa, no esperábamos tanto», confiesa el maestro cervecero consciente de las ventanas que pueden abrir estos laureles. «Al final, es un reconocimiento al trabajo. Compites con cerveceras muy potentes alemanas, inglesas, americanas. Es importante para saber que vamos por la buena línea, que el producto tiene la calidad que buscamos y es un empujón a nivel de márketing», se explaya y aprecia estos galardones como la mejor carta de presentación para posicionarse en el mercado internacional, siempre complicado para la cerveza artesana española, donde este sector aún camina en pañales. 

Un prestigioso jurado valoró con el oro a la denominada Doppelbock, una cerveza de color rubí oscuro y limpia, con aromas de aceituna negra, tostados y ligeramente dulces, sedosa y ligera en boca, con toques sutiles dulces y un punto amargo (imperdible su etiqueta, que firma Elia Sanmar, con un carnero hipster). La plata se la cuelgan la Páramo, una creamy brown ale, una inglesa tostada de color rojo anaranjado, con matices de galleta, tostado y caramelo, con mucho éxito; la Witbier, una típica belga, de color pálido turbio, con aromas de cilantro, naranja y plátano, muy suave y sedosa en boca (con imagen del Manneken Pis con gafas de sol); y la Lagerbier, una rubia 'normal', con notas suaves de malta y lúpulo en aroma, con notas dulces y un ligero amargor. El bronce luce en la Risco, una IPA de color dorado, con un equilibrio entre lúpulos que revela sabores de piña y frutas tropicales. 

Este éxito funciona como un trampolín para Bajo Cero, marca nacida hace dos años, en plena pandemia, con un nombre que nada tiene que ver con el alcohol y todo con la temperatura de tierras cidianas. Daniel Rodríguez, vallisoletano, se embarcó desde el inicio en esta aventura, participada por socios burgaleses más uno inglés y otro holandés.

Para el productor, con raíces en Rueda y Ribera del Duero, estos triunfos sirven para que la curiosidad pique a un público ignorante en detalles cerveceros, pero muy conocedor de los que rodean al vino. «España es un país al que todavía le queda gran camino por andar. Tenemos mucha cultura de vino, pero no de cerveza», advierte convencido de que quien entra en este mundo no lo abandona. ¿Por qué? «Porque en los festivales a los que vamos siempre buscamos que la gente se lo pase bien, que disfrute y pruebe las más posibles. Las tenemos rosas, amarillas, negras, marrones; huelen a frambuesas, melocotón, café...», responde con tanta pasión que solo faltan farolillos y fuegos artificiales para que se haga la fiesta.