Belén Marticorena

Sobreviviendo en la Jungla

Belén Marticorena


Maltratados

24/12/2021

Un año más, la diosa fortuna ha pasado de largo por mi puerta y me he quedado, compuesta y sin ese momento loco para celebrar. Eso sí, me queda el trabajo, el amor y la salud como premios de consolación, que no es poco. Por otro lado, nuestros dirigentes me han dejado claro que debo pedir a Papa Noel otro pack de mascarillas, porque junto con el test de antígenos, van a seguir siendo los complementos de moda hasta el verano.

Así, que como casi todo quisqui, afronto esta nochebuena siendo pobre pero honrada, e intentando por todos los medios, estar con los míos a pesar del bicho y de las advertencias que recibo a cada movimiento y segundo de mi vida. Hartísima de tanta medida directa e indirecta y con una saturación mental importante de esa pretendida y continua culpabilidad que parecen querer inocularnos. Ya está bien, los de a pie no somos culpables de nada, solo tal vez de intentar vivir con normalidad y sortear los continuos obstáculos que se nos van poniendo. Basta de tanto castigo y de los continuos reproches que se nos hacen. Si esto fuera un matrimonio, hace tiempo que habría firmado el divorcio con este caduco sistema. Pero como no lo es, sigo casada con él, aunque me noto arrebatada y por qué no decirlo, maltratada, sabiendo que cuando este término lo usa una fémina, puede arder Troya. Pues eso, al final hay tantas formas de maltrato como víctimas. Y casi nunca, por desgracia, hay que irse muy lejos para poder sentirlo. 

Llevamos en esta situación dantesca desde hace casi dos años, como sociedad y como personas, hace tiempo que nos merecemos otras opciones de vida distintas a las que se nos están ofreciendo. Es necesario un cambio real y no solo este nuevo formato social y tecnológico que se nos está imponiendo. Tenemos una sociedad enferma, donde las bases educativas se tambalean y la incomunicación y desinformación lo van acaparando todo. La jungla donde vivimos, amable en otros tiempos, se está convirtiendo en un auténtico circo, donde impera la violencia y el abuso de poder sobre los más débiles, que nunca suelen coincidir con los que se nos venden como tales. En cualquier caso, les deseo a todos una tranquila y feliz, Nochebuena… mañana si eso, ya vamos viendo.