Han pasado tres días del fatídico sábado 14 de mayo y Albano Martínez intenta superar la mayor decepción desde que accedió al cargo de director deportivo del San Pablo. Analiza lo sucedido desde la perspectiva de su puesto, con una gran responsabilidad en la formación de la plantilla. Admite errores y asegura que desde el principio se generó una inestabilidad dentro del equipo que ha sido definitiva. Albano Martínez cree que es le momento de valorar todo lo sucedido, aprender de los errores y ponerse manos a la obra con el nuevo proyecto. Anuncia un proyecto ambicioso y, al igual que su presidente, Félix Sancho, asegura que el único objetivo será el regreso a la ACB.
Han pasado varios días tras consumarse el descenso. ¿Qué sensaciones tiene?
Todavía queda ese amargor, esa decepción, y no solo por el partido del sábado. Creo que ha sido una decepción que se ha ido generando a lo largo de toda la temporada. Soy consciente de que tenemos que pasar este duelo, levantar la cabeza y rearmar el proyecto. Creo que esa es la forma de hacer las cosas y así lo vamos a enfocar desde el club. Ha sido una decepción y no nos queda otra que levantarnos y tomar el nuevo proyecto con ilusión.
¿Cuál es su primer análisis personal de lo que ha fallado esta temporada?
Ha existido una continua inestabilidad que hemos dado al equipo. Todo lo hemos hecho pensando en mejorar, pero no ha funcionado. El cambio de entrenadores y jugadores se hizo pensando que el equipo podía reaccionar pero no fue así. Realizar cambios en una plantilla es algo habitual, ya lo hicimos en otras temporadas y lo han hecho otros equipos, pero en esta ocasión no hemos conseguido esa reacción que buscábamos. La presión fue aumentando y la clave ha sido esa inestabilidad que hemos dado nosotros mismos.
¿Pudo influir ese periodo de tiempo en el que el San Pablo intentó hasta el final mantener a Joan Peñarroya y en el camino quedaron otras opciones para el banquillo?
Está claro que hicimos una apuesta y en cuanto vimos una opción para seguir con Joan decidimos esperar. Esa posibilidad fue viable durante ese tiempo, pero es verdad que ese periodo que esperamos nos acabó por perjudicar. Las decisiones se toman pensando en lo mejor para el club, pero no salió bien y hay que asumir esa decepción y ese fracaso que ha supuesto el descenso.
La llegada de Paco Olmos fue una apuesta importante. Tenía contrato con otro club, hubo que abonar una cantidad económica por su salida y quedaba mucho tiempo para hacer reaccionar al equipo. Parecía que su llegada podía ser decisiva.
Estoy seguro que Paco y los otros dos entrenadores que han estado aquí han puesto todo de su parte para sacar el equipo adelante. Pero la presión de estar desde el principio abajo y ver como con el paso de las jornadas no se mejoraba, fue determinante. Nunca sabes cómo afecta esa presión a los jugadores. Veía en los entrenamientos que existía una gran frustración en jugadores que tenían mucha experiencia. Pensábamos que no les debía afectar pero son humanos y les ha influido.
(La entrevista completa, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)