«¿Vamos a seguir siendo la única Diputación que tengamos un colegio público?», preguntó el socialista Alexander Jiménez en el último Pleno sobre la razón por la que la institución provincial se encarga de afrontar los gastos del CEIP Fuentes Blancas. «Buena pregunta», le respondió el presidente de la institución provincial, César Rico. Un caso inédito y que pocos entienden, pero que viene de lejos y que parece que se tendrá que revisar próximamente. El coste de la limpieza o la luz corresponde a los Ayuntamientos donde se ubican los centros educativos, de ahí lo particular de quién se encarga de pagar en este caso. Tal y como ha sabido este periódico la partida supera los 90.000 euros y a eso se suman dos empleados propios.
Medio centenar de municipios del Alfoz de Burgos dependen del centro de Fuentes Blancas y para esos municipios existen 14 rutas de transporte organizadas. Entre ellos se encuentran Modúbar de San Cibrián, Valdorros, Sotopalacios, Arcos, Sotragero, Los Ausines, Cardeñajimeno, Cojóbar, Arcos o Quintanapalla. No están incluidos ni Quintanadueñas ni Villalbilla. Y cada curso acuden unos 320 alumnos de infantil y primaria. Pero además de acudir desde los pueblos más próximos a la capital también tienen este colegio como destino quienes residen en cuatro barrios burgaleses como son Cortes, Villatoro, Castañares y La Ventilla.
«En un futuro se tendrá que hablar, parece lógico que hay que analizarlo», explica la diputada Raquel Contreras, encargada de Educación. Entiende que se ha conservado este antiguo «compromiso con la sociedad» y que el hecho de haber sido tan generosos durante años les hace sentirse orgullosos de ello. Y avanza que si los Ayuntamientos se encargan de los costes de estas labores, en este caso concreto pertenecería al de Burgos al enmarcarse en su territorio.
Hasta el año 1976 hay que remontarse para entender el origen de esta situación, cuando el Ministerio de Educación y Ciencia aceptó la oferta de Diputación para este solar y la construcción de un centro de Enseñanza General Básica de 24 unidades. La Diputación se ocupaba de la protección de la infancia en ese momento, pero eso derivó luego en el actual uso sin que el pagador se modificara. «Viene de lo que era la escuela-hogar y se atendía a los niños, se hacía una buena labor por parte de la Diputación aunque ahora la competencia educativa no es nuestra», afirma Contreras.
La cifra total de lo que le costó a la Diputación mantener este servicio el pasado año ascendió a 92.272 euros, y en ese apartado se incluyen desde los suministros o los equipos hasta las reparaciones. Eso sí, como apunta Contreras se trata de un dato algo más alto de lo habitual debido a que se intensificó la limpieza por la covid, que significó prácticamente la mitad del total, 45.000 euros. A esa cantidad se añade que se hacen cargo del coste de un conserje en jornada completa y otra persona contratada a un tercio de jornada que se encarga de las labores de formación en un taller de bellas artes. Este último puesto se destinaba a un carpintero, pero ahora se ha convertido en una persona que lleva a cabo las clases de oficios y manualidades.
Sin embargo, pese a que en la actualidad se sigue acometiendo este gasto parece que en el futuro tocará sentarse a hablar para ver a quién corresponde realmente. Si municipios con colegio propio como Belorado, Melgar de Fernamental o Lerma pagan el mantenimiento de sus colegios al estar dentro de su territorio cuesta entender que la Diputación mantenga un servicio en la capital que ni crea empleo en el medio rural ni ayuda a su desarrollo, sus principales cometidos. «Es verdad que no nos corresponde», dijo Rico en el Pleno, que aclaró que se tratará este tema puesto que «tradicionalmente» se ha asumido. En cualquier caso, como sentencia Contreras, «tocará revisar esta excepcionalidad».