'Au revoir', París

A.S.R.
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Igor Gonzalo cierra la gira de la colección dedicada a la capital francesa en la sala del Teatro Principal tras más de dos años de 'tournée' por diez prisiones españolas

El fotógrafo burgalés Igor Gonzalo sujeta una de las 30 instantáneas de la muestra realizadas en cuatro viajes. - Foto: Jesús J. Matías

El último beso a orillas del puente sobre el Sena, la última mirada a la ciudad a vista de gárgola, el último café con cruasán en una terraza parisina, el último brindis a la sombra de la Torre Eiffel, la última cabezada en el metro, la última luz que atraviesa las vidrieras del templo o el último paseo a la sombra del Sagrado Corazón. Voyage 2020: París se despide de las paredes. Tras su gira por diez prisiones españolas, la novena entrega del proyecto impulsado por el fotógrafo burgalés Igor Gonzalo baja el telón con su exposición en la sala del Teatro Principal después de más de dos años de tour carcelario, un tiempo que se ha alargado por la pandemia. 

30 fotografías de 30x45 cm en blanco y negro, salvo cuatro en color, reflejan la vida cotidiana de la metrópoli gala, el día a día de sus gentes y de sus calles, recogida por el autor durante cuatro viajes, en 2002, 2008, 2009 y 2017. 

La filosofía de acercar estos lugares a espectadores que no pueden llegar a ellos con la que esta propuesta nació hace 16 años, precisamente en el espacio capitalino con la colección dedicada a Túnez, se mantiene intacta e incluso ha dado un paso más en esta ocasión con ese sueño de atravesar los muros de los centros penitenciarios. 

«Ha sido muy gratificante para mí. He sentido verdadero agradecimiento por parte de la gente en estos lugares. Eso se ha perdido en las salas», se expresa Gonzalo, quien, sin embargo, deseaba escribir el final a este capítulo en el Teatro Principal por su carga emocional. 

El agradecimiento al Consistorio por aquella primera oportunidad cuando apenas empezaba en el mundo de la fotografía, torna en cabreo en la actualidad. «A ver si mueve ficha porque es un escándalo. Esto también es imagen de marca de ciudad. Yo siempre presumo de ser fotógrafo burgalés. Me siento muy valorado por la ciudad, pero muy poco por el Ayuntamiento», arremete y lamenta que los políticos no den a la cultura los mismos mimos que al deporte. 

Pese al que considera un nulo interés de las instituciones por «el trabajo de los pequeños creadores, que proyectan el nombre de la ciudad», Gonzalo mantiene su apuesta por este proyecto con la complicidad de patrocinadores privados, como Grupo de Santiago, Central Óptica Burgalesa y Asociación ¿Hablamos? Empezará con el décimo capítulo en cuanto retire esta muestra, que se inaugura hoy (12 h.) y se alarga hasta el domingo 28 (de martes a sábado de 11 a 14 y de 17 a 21 horas y domingos de 11 a 14 horas). 

Su plan para celebrar esta cifra redonda pasa por reunir una selección de las fotografías de las nueve series de Voyage hechas hasta el momento (Túnez, Portugal, Nueva York, Londres, Marruecos, Polonia, Camino de Santiago, España-Ciudades candidatas a Capital Cultural Europea y París) y completar un exhaustivo circuito por urbes europeas durante tres o cuatro años. Guiado por ese espíritu de acercar estos lugares a quienes no pueden desplazarse hasta ellos, se propone tocar a las puertas de residencias de ancianos, hospitales, centros para niños con discapacidad o, de nuevo, prisiones.

«Una imagen puede ser muy evocadora para estas personas, aunque no hayan estado en ese lugar nunca. En una fotografía ves patrones que provocan la imaginación y los sentimientos», advierte y remite a las muchas emociones que le han trasladado los internos de las cárceles por las que ha pasado. 

Voyage 2020: París abrió una ventana a la llamada Ciudad de la Luz a los internos de Burgos, Villabona (Asturias), Teixeiro (A Coruña), Brians 2 y Jóvenes de Barcelona, Dueñas (Palencia), Villanubla (Valladolid), Zuera (Zaragoza) y el Centro de Inserción Social Victoria Kent y Unidad de Madres Jaime Garralda de Madrid. 

Esta experiencia formará parte de una publicación que resumirá los más de tres lustros de este proyecto con la cámara al hombro. No significa, aclara Gonzalo, que dé carpetazo. Continuará.