Y la luz se reflejó en la sonrisa de los niños

I.M.L.
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Melchor, Gaspar y Baltasar cumplieron la promesa de regresar a Aranda y lo hicieron ante la expectación de centenares de personas que les esperaban con ganas

Por todas las calles por las que pasaron, los Reyes Magos no pararon de saludar a todos los niños desde sus tronos, mientras sus pajes repartían caramelos a diestro y siniestro. - Foto: Jesús J. Matías

Hace un año que, bajo una intensa nevada, los tres Reyes Magos prometieron a los niños arandinos que iban a volver y cumplieron su promesa. En las horas previas a su larga jornada de trabajo, Melchor, Gaspar y Baltasar se rodearon de más de 200 acompañantes para ser los protagonistas de su cabalgata real, compuesta por 13 carrozas que, con sus luces y música, encendieron las sonrisas de los centenares de niños que abarrotaron el recorrido de la comitiva magia.

Al son de las dulzainas y tambores de la Escuela Municipal de Folklore, pajes, hebreos, egipcios, panaderos, alfareros y pastores se mezclaban con personajes infantiles y de cuento como Caperucita Roja, Pinocho y su padre, el sombrerero loco o un altísimo ángel blanco para dar color al recorrido de sus Majestades de Oriente, que concluyó en la Casa de Cultura, donde todos los niños que quisieron pudieron conocer en persona a su rey favorito o entregarle una carta con peticiones de última hora, esperando que pudieran atenderlas a pesar de la tardanza.

No faltó la recepción oficial a cargo de la alcaldesa, Raquel González, que les hizo entrega de las réplicas de los cofres que lucen en el medallón de la Adoración de los Reyes en la fachada de la iglesia de Santa María. Aprovechando el balcón del recién inaugurado edificio de la Banca Pecho, sus Majestades se dirigieron al mar de ojos ilusionados y sonrisas que poblaban la Plaza Mayor. «Esta noche nosotros tenemos mucho trabajo y vosotros tenéis que acostaros pronto», les recordó Melchor a todos los niños, mientras que Gaspar celebró que «el año pasado pedimos que volviésemos otra vez a estar juntos, que nos viésemos las caras y, sobre todo las sonrisas, así que os pido un fortísimo aplauso no para nosotros sino para todos vosotros por estar hoy aquí acompañándonos, después de todo lo que hemos pasado». Antes de volverse a subir a sus carrozas para continuar el recorrido del desfile, Baltasar insistió: «Esta noche, todos pronto a la cama», y todos se dieron por enterados y se lo demostraron con un fuerte aplauso (...).

(Reportaje completo y más fotografías, en la edición impresa de Diario de Burgos de hoy viernes o aquí)