Rasid Mahalbasic lleva toda su vida haciendo la maleta y el baloncesto tiene gran culpa de ello. A sus 32 años, el pívot del Hereda San Pablo ha vivido en más de 10 países diferentes antes de recalar en Burgos, donde llegó gracias a Paco Olmos. «Él es el principal motivo por el que estoy aquí», asegura. 

Aunque sus padres son bosnios, Mahalbasic nació en una pequeña localidad eslovena llamada Jesenica, relativamente cerca de la frontera con Austria. Con tan solo 12 años, se mudó a Austria y allí comenzó a tener los primeros contactos con un balón de baloncesto, pese a que nadie en su familia lo practicaba. «Empecé con 14 años. Al principio era bajo y gordo, pero luego crecí y con 16 años firmé mi primer contrato profesional. Lo llamaban 'education contract'», recuerda.

En plena crisis, los Kelag Worthersee Piraten de la primera división austríaca estaban atravesando problemas económicos, así que no se podían permitir firmar a jugadores americanos. Entonces, dieron la oportunidad a un joven pívot que apuntaba maneras.

Tras unos años en el club y ya siendo mayor de edad (19), Mahalbasic empezó su turné por el mundo: Turquía, Croacia, Eslovenia, Polonia, República Checa, Rusia, España... Hasta que finalmente se casó, su mujer se quedó embarazada y se mantuvo cuatro campañas en el Oldenburg, rival del San Pablo en la última edición de la Basketball Champions League. «Aposté por Alemania porque hablo alemán y era un ambiente seguro para mi familia», cuenta el austríaco, que recuerda que se marchó de allí cuando llegó la pandemia.

En cada paso del camino, Mahalbasic fue creciendo como jugador y vivió su segunda experiencia en España -tras su paso por el Betis-  en la temporada 2021/22 con el Breogán. Allí coincidió unos meses con Paco Olmos y el vínculo entre ambos aún perdura. Se tienen una fe inquebrantable y el austríaco habla maravillas de su entrenador.

«Paco me llamó en verano y es la principal razón por la que estoy aquí. Firmé tarde porque estaba esperando alguna oferta de Asia o alguna buena oferta de ACB, pero no llegó nada y el entrenador del Breogán no estaba interesado en que siguiera. A mi familia le gusta España y Paco siempre estuvo en contacto conmigo, así que vine a Burgos. Si he cambiado tanto de sitio es porque no me he encontrado con un entrenador que me quisiera como Paco», concluye.