Pirueta mortal

A. Castellanos
-

M.V., oscense de 20 años, pasaba unos días en Valdivielso con unos amigos. Se lanzó de 12 metros y cayó mal. Al ver que no emergía, trataron de socorrerle junto a otros bañistas pero fue imposible. Los GEAS de la Guardia Civil rescataron su cuerpo

Pirueta mortal - Foto: Ana Castellanos DB

Los accidentes se han sucedido en los últimos años en la cascada del Peñón de Pedrosa de Tobalina, cada verano más concurrida por miles de turistas atraídos por su belleza y sus aguas cristalinas, pero el de ayer fue el suceso más trágico que se ha vivido en las últimas décadas. Ocurrió lo que tantos temían y advertían que un día u otro iba a pasar. Un joven de 20 años, M.V., natural de Huesca, pero residente en la ciudad oscense de Fraga, que pasaba unos días con unos amigos en Valdivielso, murió ahogado tras lanzarse desde lo alto de la cascada al río Jerea, a 12 metros de altura. Lo más impactante de todo es que la víctima quedó dentro del agua y no salió a flote ante el estupor de decenas de personas que disfrutaban en esta zona de baño.

Una amiga, que se encontraba presente, tuvo que ser atendida por un ataque de ansiedad por los servicios sanitarios del Centro de Salud del Valle de Tobalina que llegaron de inmediato. Atónitos, los bañistas esperaron apenas unos segundos antes de realizar la primera llamada de aviso al teléfono de Emergencias, el 1-1-2, a las 12.52 horas, y de inmediato muchos se lanzaron al agua en busca del chico. Había intentado hacer una voltereta en el aire para caer después de pie, pero no lo logró y entró en el agua primero con la cabeza y el cuerpo ladeado en una posición muy mala, según testigos presenciales. Nadie pudo hacer nada. Quienes vivieron lo ocurrido aseguraban que ni tan siquiera lograron llegar a ver bajo el agua el cuerpo del bañista que minutos antes disfrutaba con el grupo de amigos que le acompañaba. Un joven vecino de Quintana Martín-Galíndez, que se lanzó al rescate, se dislocó el hombro en el intento.

Agentes de la Guardia Civil llegaron a los quince minutos y se lanzaron vestidos al río, pero tampoco lograron dar con el joven. «Solo se quitaron el cinto y al agua», explicaba una vecina de Pedrosa, orgullosa de la decisión de los agentes. Según los vecinos, el lugar donde cayó alcanza una profundidad de unos diez metros y las rocas hacen recovecos en los que podría haber quedado encajado o sumergido el cadáver.

Al lugar de los hechos acudieron varias patrullas más, así como bomberos voluntarios del Servicio de Extinción de Incendios de la Diputación con base en Oña y Medina de Pomar, para realizar labores de apoyo cuando llegara el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil desde Valladolid. Asimismo, contaron con la colaboración del equipo de Salvamento y Rescate Acuático de Cruz Roja con sede en Miranda de Ebro. El helicóptero de Sacyl y una ambulancia de soporte vital básico también acudieron a Pedrosa, pero regresaron a sus bases de vacío.

Tras el accidente se desalojó el lugar y se mantuvo acordonado prácticamente todo el día, dado que los buceadores de la Guardia Civil llegaron a Pedrosa a las seis menos cuarto de la tarde. 50 minutos después ya habían logrado sacar a flote el cuerpo de la víctima. Alrededor de un centenar de personas, que deseaban darse un chapuzón o ver la famosa cascada, tuvieron que volverse sin conseguirlo, al ser imposible el acceso por cualquier punto.