Blanca García Álvarez

De aquí y de allí

Blanca García Álvarez


Presidentes en la universidad

26/01/2023

El día en el que más me he avergonzado de mi profesión me llegó en primero de carrera. Estábamos presentes todos los alumnos del Grado en Periodismo y los diputados de ERC, Ciudadanos, PdeCat y el PSC. Habían pasado dos meses del 1 de octubre y la aparición de los políticos independentistas con el lazo amarillo en una universidad madrileña no ayudó a la bienvenida. 

Vítores y aplausos cada vez que hablaba Carlos Carrizosa (Cs) me hacían preguntarme si saldría a hombros como los toreros. Todo lo contrario sucedía con los demás. Sólo había cuchillos llenos de ira en forma de reflexiones.

Yo miraba incrédula: estábamos transformando el templo del conocimiento en el del linchamiento. Los futuros jefes de redacciones y demás miembros de este precioso y paupérrimo oficio estábamos olvidando nuestras máximas.

La misma sensación me ha inundado esta semana con Isabel Díaz Ayuso en la Complutense. Mi atención no estaba en la confrontación -que ya viví en 2017- sino en Almudena Ariza, corresponsal de RTVE, en Arturo Pérez Reverte, en Ángel Expósito o en el actor Antonio de la Torre. Todos ellos, junto a Ayuso y otros nombres, recibieron el mayor honor para un egresado en medio de una batalla campal.

Doce horas antes yo estaba en otra conferencia universitaria: José María Aznar y Alfonso Fernández Mañueco en la Universidad Francisco de Vitoria (Madrid). Dos presidentes de la Junta rodeados de alumnos, profesores y las dos filas de rigor reservadas a todos los del partido que van a arropar. 

Estos últimos se sientan siempre muy juntos, como queriendo demostrar unión. Delante tenía tres hombreras apretadas, con esas 'chamarras' que abrigan y que en la capital no saben comprar. Los tres asienten cuando Mañueco habla y ríen cuando Aznar suelta la coletilla. «Las luchas internas siempre dejan recuerdos», dice nuestro expresidente, y risas en la sala.

Los dos protagonistas responden a las preguntas de mi querido profesor de Historia, Javier Redondo. Mañueco habla de conspiraciones, de sus socios, del interés de Castilla y León. Aznar le lanza piropos, ensalza a Feijóo y no dice una palabra de la crisis del gobierno sobre el aborto. Daba igual. Un rato más tarde, todo el foco estaba en los gritos de otro campus.