Fermín Bocos

CRÓNICA POLÍTICA

Fermín Bocos

Periodista y escritor. Analista político


Escándalos sin consecuencias

28/12/2022

A fuerza de escándalos sin mayores consecuencias -las elecciones generales quedan lejos- el peligro es que nos vayamos acostumbrando. Pedro Sánchez cuenta con ello. De ahí el diseño del calendario parlamentario de las dos últimas semanas del año en las que acumuló un paquete legislativo a sabiendas de la toxicidad política de algunos de los proyectos. Hasta un total de 17 leyes. Algunas muy polémicas.

La cosa le está saliendo a medias porque la decisión del Tribunal Constitucional de paralizar la votación en el Senado de una proposición de ley para cambiar el procedimiento para elegir a los nuevos miembros del CGPJ levantó la correspondiente polvareda político-mediática pero en la práctica consiguió un objetivo muy calculado: que pasaran a un segundo plano la polémica ley Trans o la reforma del Código Penal para suprimir el delito de sedición y rebajar las penas por malversación. Un traje a medida de las exigencias de ERC, los compañeros de Pedro Sánchez en el viaje hacia el futuro. Objetivo, pues, en parte cumplido aunque la idea era llegar a 2023 dejando atrás la bronca instalada en el Congreso porque con arreglo a la costumbre enero era un mes feriado en nuestro Parlamento. Pero si hay que habilitar un pleno extraordinario para convalidar lo aprobado en el Senado se hará y después Pedro Sánchez tendrá por delante varios meses para hacerse perdonar u olvidar algunos de sus dislates políticos. El principal haber unido la suerte del PSOE primero a Podemos -los que le quitaban el sueño- y después a ERC y Bildu, dos formaciones políticas presididas por sendos ex presidarios.

Sánchez tiene una ventaja sobre sus competidores: no tiene escrúpulos. Lleva años haciendo lo contrario de lo que prometió en campaña electoral, y, aunque el PSOE va por detrás del PP en las encuestas confía en remontar la situación. Cuenta con el efecto positivo que generará la distribución de los fondos europeos (miles de millones de euros) y también la campaña mediática que arropará el viaje hasta llegar a la cita de mayo. Por el camino arreciarán las insidias hacia Alberto Núñez Feijóo, el líder de la oposición, identificando sus posiciones políticas con las de Vox. En esa tarea Sánchez contará con el auxilio de Podemos, la extrema izquierda experta en agitar el fantasma del miedo al fascismo. Lo hicieron cuando perdieron en Andalucía, incapaces de aceptar el veredicto de las urnas, y, lo volverán a intentar ahora, si, como apuntan los sondeos, vuelven a pinchar. Pero la mayor apuesta de Sánchez pasa por confiar en la fragilidad de la memoria de la gente. Cuenta con que el personal se está acostumbrando a tragar un escándalo tras otro. Y, lo que es más inquietante: a olvidarlos.