La cara más dura de la okupación

FERNÁN LABAJO
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Tres individuos han estado viviendo ilegalmente en un piso de la calle Calatravas. Su dueña, Yolanda Garrido, ha conseguido echarles tras cinco meses, pero le han robado tuberías, puertas y radiadores

Los okupas arrancaron sanitarios y hasta picaron en la pared para llevarse la bajante. - Foto: Valdivielso

Yolanda Garrido llevaba varios años utilizando como segunda vivienda un piso heredado de la calle Calatravas número 5 (junto al Mercado Sur). Incluso había estado alquilado un tiempo anterior a la covid, lo que habla de lo bien cuidado que estaba antes de que el pasado mes de mayo tres okupas 'profesionales' entraran en su casa. Nada más enterarse, lo denunció ante el juzgado, que ha tardado cerca de cinco meses en echarles. Una vez recuperado, se lo ha encontrado completamente destrozado. Incluso le robaron todo lo que podría tener valor en el mercado de la chatarra. Pero de las sustracciones, los delincuentes se han ido de rositas de los tribunales. 

La pesadilla de Yolanda comenzó apenas unos días después de pasar en el piso una noche de mayo. Vive en Madrid, pero viene de vez en cuando a Burgos a ver a amigos y vecinos. También a comprobar que no hay problemas en la casa. No podía ni imaginar que después de su última visita, éstos iban a aparecer de la peor forma posible. «Tuvieron que entrar nada más irme yo. Me avisó la mujer que tiene otro en frente, y a la que también se lo okuparon. Nada más enterarme y comprobar que no tenían ninguna intención de marcharse, puse la denuncia», relata la mujer.

Mientras la justicia tramitaba su demanda, ella se encargó de visitar  con cierta frecuencia el piso. Desde el principio comprendió que los moradores que habían invadido su casa estaban curtidos en mil batallas de este tipo. Eran tres, un africano y dos individuos de etnia gitana. Uno de ellos, un conocido delincuente que en la actualidad se encuentra en prisión por otros motivos. Contaban, además, con la ayuda de otros compinches para mantener su okupación. «Cuando se marchaban, tenían a una persona que desde el exterior vigilaba para que yo no pudiese entrar para cambiar la cerradura», comenta Garrido.

Yolanda contempla con resignación el desastre que han dejado los moradores en su vivienda de la calle Calatravas, junto al Mercado Sur.
Yolanda contempla con resignación el desastre que han dejado los moradores en su vivienda de la calle Calatravas, junto al Mercado Sur. - Foto: Valdivielso

(Más información y fotografías, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)