José Ramón Remacha

El mirador diplomático

José Ramón Remacha


Europa y Ratzinger

06/01/2023

El papa que acabamos de despedir tuvo en parte mala prensa. Se decía que su saber teológico era muy difícil. Que era un europeísta partidario de una Europa líder. No es cierto. Joseph Ratzinger tuvo por lema Colaborador de la Verdad. Dice que la verdad es la realidad, que la razón y la fe deben avanzar juntas. La crítica hecha al teólogo es rebatible y en los panegíricos de la última hora no aparece. Ha ganado la verdad.

Y respecto a Europa, en su emblema aparece la clave de su sentir europeo. En el centro del escudo está la concha de Santiago de Compostela. El lector sabrá seguramente de la postal que recibió Alfredo, el hospitalero del Camino en Molinaseca. Enviada desde Montpellier fechada el 24 de julio de 2000. Entiendo que es auténtica, salvo un añadido final. En resumen, que Ratzinger se considera peregrino de Compostela. 

Ha sido y es un autor de enorme erudición. Y como tal sabía que en el Camino carolingio de Compostela está el origen de Europa. También sabía las serias discusiones teológicas ocurridas en el siglo VIII entre el Beato de Liébana y el Obispo de Toledo, que eran exponente de la tensión entre la España del sur islamizada y la cristiana del norte refugiada en las montañas de Cantabria. Carlomagno y Roma apoyaron al Beato y la tradición compostelana se convirtió en el primer testimonio de la cristiandad europea. El Camino nació como nexo de unión y símbolo de cristiandad.

Frente al supuesto eurocentrismo de Ratzinger está su afán por acercarse a actores de la realidad internacional como el judaísmo, el islamismo, el protestantismo, el anglicismo, las iglesias ortodoxas orientales. Sus viajes al extranjero fueron 20, más cuatro a España. En su aproximación insiste en que la razón que relega la religión a una subcultura es inútil para el diálogo con las culturas del mundo. La razón sola fabrica monstruos como el nazismo y el estalinismo. 

Para Ratzinger Europa es más que un referente geográfico. Es una identidad cultural, moral e histórica que propugna la libertad y la dignidad humana como valores universales. 

Como mi espacio es corto recomiendo al lector interesado el último libro del papa emérito: La Nueva Europa