Fernán Labajo

Plaza Mayor

Fernán Labajo


Realidades paralelas

31/01/2023

Hay una escena de Madres Paralelas en la que el personaje de Aitana Sánchez-Gijón asegura que «los actores son todos de izquierdas. Yo soy apolítica, mi trabajo es gustarle a todo el mundo». La frase suena a una crítica velada de Almodóvar a esos artistas que se ponen de perfil cuando les preguntan en qué urna meten sus votos. Y a tenor de su emotivo discurso en favor de la sanidad pública parece empeñado en promulgar a los cuatro vientos que si no estás a favor de la corriente mayoritaria, lo tienes crudo en el cine español. 

Vaya por delante, primero, mi admiración al cine del manchego. Sabe Dios que me he batido en duelo con los más cinéfilos para defender que un plano cenital de un cuchillo afilado cortando un tomate sobre un fondo rojo ya vale la entrada del cine. Por otro lado, en esta tribuna ya hemos dejado claro que huimos del argumentario absurdo de que una persona que utiliza la sanidad privada está incapacitado para hacer una defensa de una mejora de la pública y de los derechos de los más débiles. 

Pero se me hace difícil de digerir una crítica enfervorizada (llegó a hablar de barbarie) hacia una sanidad concreta, la de Madrid, como si fuera el único sitio de España donde acudir al médico de familia o al especialista es un ejercicio de paciencia infinita. O donde las condiciones laborales de los profesionales rozan la precariedad. Me chirría aún más el hecho de que en una gala celebrada en la comunidad, la de Aragón, con la lista de espera quirúrgica más elevada, señalara a Ayuso y no a Lambán. Y que olvide que Cataluña, con los médicos en pie de guerra, tiene peores datos. O que en Castilla y León también tengamos un sistema colapsado. Me da por pensar, Pedro, que en realidad te la trae un poco al pairo. Que buscabas el aplauso fácil y agradar a un público dispuesto a darte dos orejas por un par de verónicas.