La Oficina de Turismo de Poza de la Sal apuesta un año más por impulsar la floración de los almendros, un espectáculo natural que el año pasado atrajo a cientos de turistas durante dos semanas, y en esta ocasión ofrece visitas interpretadas de la mano de una guía medioambiental por la ruta diseñada.

Las previsiones meteorológicas de los próximos días anuncian  suaves temperaturas y jornadas soleadas, por lo que la floración podrá contemplarse en su máximo a partir de esta semana y se mantendrá durante 15 días más. A partir de entonces, y en función del clima, los árboles pueden conservar la yema hasta mediados de marzo.

Por ello, y como una alternativa al recorrido básico, circular y recién señalizado, los dos próximos domingos (27 de febrero y 6 de marzo) se han organizado visitas a partir de las 11 horas, a las que hay que realizar una reserva previa por 5 euros para los asistentes mayores de 12 años. Asimismo, los caminos que conforman el trayecto pueden seguirse en dispositivos digitales con la aplicación Wikiloc a través de un código QR. El trayecto de cuatro kilómetros y destinado para todos los miembros de la familia atraviesa las zonas con mayor concentración de estos árboles.

Los objetivos que persigue esta iniciativa, aparte de volver a poner en valor el cultivo de la especie entre la población local, es que el acontecimiento vaya conociéndose en la provincia con el devenir del tiempo, así como que por parte del Ayuntamiento como de la Oficina de Turismo elaborar y engordar una agenda cultural más completa en torno a este recurso. Como novedad este año, Dj Almendro amenizará con música de 12.30 a 14 horas de este domingo el entorno de los lavaderos, punto por donde transcurre la ruta y en el que se aprecian gran cantidad de los árboles. Curiosamente, a partir de uno o dos kilómetros más allá del municipio, desde la terraza de la Bureba, apenas crecen almendros.

Los vecinos más mayores atribuyen este hecho a la existencia de un microclima y de que el terreno goza de sol durante todo el día y a la vez permanece resguardado de los vientos por la ladera del Castellar. Aún así, afirman que hay muchos menos ejemplares de los que había antes porque se han ido muriendo por vejez y no se han reemplazado. «Hasta los años 70 en Poza se cogía mucha almendra. A partir de entonces entró en decadencia total, en paralelo al fenómeno del éxodo rural. Antes se vendían a La Rioja y anteriormente a Reus. De aquí partían camiones llenos. También me han confirmado que se usaban como complemento salarial y quienes ganaban  más dinero con las almendras que con el cereal», explica Sergio Bravo, técnico de Turismo.

Se trata de un fenómeno «muy bien ubicado en el calendario anual, puesto que febrero es un mes con poca afluencia turística para un municipio que apuesta por la desestacionalización», añade Bravo, «por lo que la floración «reúne todas las posibilidades para convertirse en otro aliciente que anime al visitante a conocernos», concluye.

En 2021, la inauguración de la ruta de los almendros en flor pozana dejó las mejores cifras de visitantes del último año, superando incluso a las de verano. Fuentes encargadas de gestionar los recursos turísticos de la villa aseguran que hubo jornadas en las que se acercaron al municipio cerca de 200 personas interesadas en observar el fenómeno natural.