Denuncian las décadas de abandono en los polígonos de Aranda

I.M.L.
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Aceras destrozadas o inexistentes y baches «históricos» en Allendeduero, falta de mantenimiento en Prado Marina y problemas en la vía de servicio en el Norte centran las quejas de empresas de estas zonas

La falta de mantenimiento de las calles ha hecho que la vegetación se adueñe de los espacios para el paso de peatones por todo el polígono Prado Marina. - Foto: I.M.L.

Los trabajadores y usuarios de las tres zonas industriales de la capital ribereña están acostumbrados a lidiar a diario con importantes desniveles en el asfalto, socavones que pueden reventar una rueda, aceras destrozadas en Allendeduero, invadidas por la vegetación en Prado Marina o inexistentes en el Norte, donde algunas naves carecen de un acceso seguro al cortarse abruptamente la vía de servicio. Estos desperfectos, provocados por el uso y el nulo mantenimiento hace que estos espacios industriales no resulten atractivos para implantación de nuevas empresas.

La voz de alarma la viene dando desde hace años la asociación de empresarios, Asemar, sin que se atienda a sus reivindicaciones para lograr un suelo industrial más atrayente. «Tenemos los polígonos industriales brutalmente abandonados, como el Prado Marina, que te lo han entregado hace cuatro días y ya está machacado, en ocho años se ha degradado en una manera tremenda, ya no basta con hacer mantenimiento, hay que arreglarlo porque hay cosas que se han roto por culpa del abandono», pone como ejemplo más sangrante Roberto Rojo, vicepresidente de Asemar.

A excepción del polígono Norte, que tiene su comunidad de propietarios, las otras dos zonas industriales carecen de ente de conservación o estructura similar para velar por que mantenga un estado digno y operativo, lo que ha provocado años de olvido de estos entornos empresariales. Entre las últimas medidas anunciadas, ahora el Ayuntamiento quiere reservar una partida fija anual para arreglar poco a poco estos polígonos. 

La zona más antigua, la de Allendeduero, soporta el coctel explosivo del paso de los años, el continuo uso con mucho transporte pesado y la falta de inversión en su mantenimiento. «Tenemos baches históricos, casi podemos dar indicaciones de los sitios por ellos, en vez de por el nombre de las calle», apunta un empresario entrando en su nave. En un pequeño recorrido por este entorno, el que lo hace conduciendo debe ir con cien ojos para no reventar una rueda en alguno de los socavones y el que lo intente andando tiene difícil encontrar todo un tramo de acera sin desperfectos. «Este es el corazón económico de la ciudad pero nos tienen olvidados, y se creen que por arreglar una parte de la avenida Portugal es suficiente», critica el dueño de una nave en esa vía, pero de las ubicadas en las zona no afectada por las obras.

Aunque el polígono Prado Marina es el de más reciente creación, su imagen, entre las parcelas vacías y el estado de las calles, no lleva a pensar en su modernidad. De momento, las calzadas aguantan el tránsito de vehículos pero la vegetación, que ya campa a sus anchas por unas aceras invadidas, empieza a tomar el asfalto. «Aquí no hemos visto un jardinero, lo tienen todo perdido, y barrenderos tampoco se ven muchos», reconoce un usuario del centro deportivo. «Para cobrar los impuestos bien que corre el Ayuntamiento, algo lógico, pero si aquí no se gastan nada en tenerlo cuidado, no tardará esto en ser una selva», lamenta el empleado de una de las industrias al salir de trabajar y acercarse a por su coche.

En el polígono Norte el número de empresas es menor, pero también tienen sus propios problemas. «Desde que se hizo la rotonda, aquí no se ha vuelto a hacer nada», se queja un empresario del sector de la automoción. Además de dejadez en la retirada de maleza, los ocupantes de las naves apuntan a que el acceso a algunas de ellas incrementa su peligrosidad porque la vía de servicio acaba de forma abrupta y no llega hasta las últimas empresas.