Mucho antes de que comenzara a nevar en el ombligo del mundo de los informativos ya había más de medio metro acumulado en otros lugares, como Pineda de la Sierra y Lunada. Mucho antes de que millones de madrileños descubrieran cuán incómodo resulta caminar sobre el hielo, ya se habían resbalado cientos de veces en pueblos y calles de la provincia. Y mucho antes de que cortaran los accesos a la sierra de Navacerrada, la carretera de subida a las Lagunas de Neila ya estaba llena de coches los fines de semana y los festivos, solo que allí ni llegan los autobuses urbanos ni, por el momento, la Guardia Civil.

Con las primeras nevadas, nada más comenzar diciembre, y el auge del turismo natural y la limitación de la movilidad interprovincial, el número de visitantes que registra este parque natural ha ido en aumento. El problema es que el aparcamiento que se construyó hace unos años en el alto del Collado, de la BU-822, se encuentra cubierto por la nieve y prácticamente inutilizado, lo que elimina esas pocas plazas de estacionamiento. Cada fin de semana, los vehículos aparcan con más o menos pericia en los arcenes de la carretera que va de Quintanar de la Sierra al límite conLa Rioja para desesperación de quienes tienen que usarla para trabajar, como los panaderos de Quintanar de la Sierra y Huerta de Arriba, el distribuidor de gasóleo...

Coches estacionados a ambos lados de una vía que estrechan los montones de nieve, algunos tirados en cualquier curva, gente sin chaleco ni precaución alguna caminando por mitad de la carretera, niños corriendo con el trineo... Las escenas peligrosas se suceden sin que de momento se haya pasado del susto. En ocasiones, también han dificultado el trabajo de la máquina quitanieves, al obstaculizar el acceso a la carretera alternativa de descenso a Neila y Villavelayo (La Rioja).

El alcalde de Neila, Máximo Rubio, ha recibido desde principios de diciembre numerosas quejas que en alguna ocasión ha remitido a la Guardia Civil, para reclamar telefónicamente que ordenen el tráfico o que al menos sancionen aquellas conductas más temerarias o incómodas para el resto de los usuarios de la carretera. Desconoce si han intervenido, pero se teme que si nadie actúa, el desbarajuste continúe hasta que se despeje por sí misma la subida a las Lagunas, lo que no suele ocurrir hasta bien entrada la primavera, porque febrero es un mes muy nivoso en la zona.