Así votamos: diez autonómicas a la burgalesa

H. JIMÉNEZ
-

A lo largo de las elecciones a las Cortes que han tenido lugar desde 1983 la provincia de Burgos ha demostrado varias veces su particular idiosincrasia con la aparición de partidos localistas o votaciones que escaparon a las tendencias generales

Montoya Ramos, que era presidente de la Diputación y se escindió de los conservadores en el Partido Demócrata Liberal, votando en las primeras autonómicas de 1983. - Foto: Fede

Fernando Redondo Verdugo, Juan Carlos Elorza Guinea, Álvaro Renedo Sedano, Manuel Junco Petrement, Juan Carlos Aparicio Pérez, Luis Leivar Cámara fueron elegidos por la coalición que integraban Alianza Popular, Partido Demócrata Popular y Unión Liberal. Octavio Granado Martínez, Julián Simón de la Torre, Daniel de la Iglesia Gil y Leopoldo Quevedo Rojo salieron por el PSOE. Y Francisco Montoya Ramos por la del Partido Demócrata Liberal.

Aquellos fueron, todos hombres y ninguna mujer, los primeros procuradores por la provincia de Burgos. El domingo 8 de mayo de 1983 se sometieron a la votación popular para formar las Cortes de la recién nacida Comunidad de Castilla y León, cuyo estatuto acababa de aprobarse unos meses antes. Entraron así en la historia de la democracia autonómica que el próximo domingo 13 de febrero continuará con la elección de un nuevo parlamento regional.

Hasta que llegue la inminente cita con las urnas los castellanos y leoneses han sido convocados a formar sus Cortes en 10 ocasiones. La mencionada de 1983, 1987, 1991, 1995, 1999, 2003, 2007, 2011, 2015 y 2019. Todas ellas han coincidido con elecciones municipales (la actual será la primera excepción). En todas menos dos (1987 y 2019) el ganador en la provincia de Burgos ha sido el Partido Popular o su antecesora, Alianza Popular, y en unas cuantas ocasiones los votantes burgaleses han demostrado una particular idiosincrasia, producto de sus partidos localistas, de una reivindicación comunera o de escisiones políticas propias.

Sucedió desde la primera convocatoria. Francisco Montoya Ramos, que había sido presidente de la Diputación entre 1979 y 1983, se presentó como cabeza de lista del Partido Demócrata Liberal y 'rascó' un procurador a la coalición conservadora que lideraba AP, donde por aquel entonces ya asomaba un jovencísimo Juan Carlos Aparicio, futuro alcalde de Burgos. En las filas socialistas, que quedaron segundas en Burgos pero ganaron la presidencia de la Junta, despuntaba también Octavio Granado, que con el tiempo llegaría a ser secretario de Estado de la Seguridad Social.

Cuatro años después, con la autonomía todavía en pañales y Burgos traumatizado por el traslado de la sede autonómica a Valladolid (primero provisionalmente y luego de forma definitiva), la Solución Independiente de José María Peña obtiene un asiento por Burgos. El cabeza de lista, Tomás Cortés, marchó a las Cortes y con su apoyo a un joven José María Aznar rompió el empate a 32 escaños entre AP y PSOE (el CDS se abstuvo). Aznar pudo así liderar la Junta y comenzar su carrera hacia la presidencia del Gobierno de España, mientras que las guerras intestinas entre los conservadores se cobraron la presidencia de Cortés de la Diputación Provincial, que fue sustituido por José Luis Montes a quien a su vez apoyaron los socialistas y el CDS.

Pero volviendo a Fuensaldaña, donde entonces estaba el parlamento autonómico, la convocatoria de 1991 fue mucho más tranquila e inauguró el bipartidismo puro y duro que posteriormente se repetiría en varias elecciones más. Modernizados con la marca del Partido Popular, los conservadores ganaron con claridad y se llevaron 6 procuradores que contribuyeron a investir a Juan José Lucas mientras que el PSOE se hizo con los 5 restantes. El CDS de José Luis Sagredo se quedó a las puertas de entrar.

Cuatro años después el PP de Lucas incrementó su diferencia en la provincia y llegó a su techo de 7 procuradores. Los socialistas no pasaron de tres y fue entonces Izquierda Unida la que logró obtener un representante por Burgos y cinco en toda la región.

La cita de 1999 volvió a deparar una llamativa novedad: la aparición efímera de Tierra Comunera. Los castellanistas, encabezados por Carlos Rad, aprovecharon la cresta de su particular ola para plantarse en las Cortes con un 7,5% de los votos provinciales en aquella cita que también les proporcionó tres concejales en el ayuntamiento capitalino y presencia en la Diputación. Poco duró aquella aventura de TC, que ya no ha vuelto a repetir.

La era 'Herreriana'. El liderazgo de Juan Vicente Herrera se impuso con claridad en 2003, 2007 y 2011. Fueron tres mayorías absolutas consecutivas y tres votaciones por encima del 50% en la provincia de Burgos. En 2003 el PP rompió su propio récord con un 53,3% y en esas tres citas obtuvo 7 procuradores frente a 4 del PSOE. Fue la edad dorada del bipartidismo, que se rompió abruptamente en las siguientes convocatorias.

UPyD ya había intentado asomar la cabeza en las elecciones de 2011, aunque sin conseguirlo pese a su 5%. Fueron Podemos y Ciudadanos, por este orden, los que en 2015 lograron diversificar el mapa de colores de los resultados autonómicos en la provincia de Burgos tras el desplome del Partido Popular, que aun así conservó el gobierno. Los morados, con Pedro de Palacio a la cabeza, obtuvieron un notable 14,2% de los votos y dos procuradores mientras que los naranjas, liderados por José Ignacio Delgado (ex TC), se colaron en el parlamento regional con un representante por el territorio burgalés.

Las tornas cambiaron notablemente en la última cita celebrada hasta hoy. Luis Tudanca, burgalés de Gamonal aspirante a la presidencia de la Junta, no solo logró ganar a nivel general sino también en su provincia con un 37% y 5 procuradores, su mejor resultado desde 1991. De todos es sabido que se quedó a las puertas de gobernar pero los rescoldos de la victoria de hace tres años es su principal esperanza para la cita del próximo domingo.

El PP, tras la retirada de Herrera, se hundió y solo consiguió tres representantes, mientras que Ciudadanos vivió su momento álgido con dos procuradores, encabezados de nuevo por Delgado, y Podemos resistió milagrosamente con Laura Domínguez, que fue la única procuradora morada en toda la región junto con el de Valladolid. Esta última ya no repetirá, pero según las encuestas su formación lo tiene mejor para repetir que la de Francisco Igea.

Veremos qué sorpresas 'a la burgalesa' nos depara el 13-F, si los resultados en la provincia mantienen ese carácter peculiar que tantos ríos de tinta ha generado en 39 años de democracia autonómica o si se parecen más a la generalidad. Usted, votante, tienen la palabra.