Multarán a los dueños de Mifer si no adecentan el edificio

C.M.
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El Ayuntamiento cumplirá su amenaza y empezará a sancionar por no llevar a cabo una serie de actuaciones para adecentar la zona y evitar que se produzcan accidentes. Esperará a que se materialice una oferta de compra sobre el inmueble

Giran la primera multa a los dueños de Mifer - Foto: Valdivielso

El área de Licencias ha emitido la primera multa al propietario de la antigua fábrica Mifer, ubicada en la carretera de Arcos, dado que se le dio un plazo hasta hoy para que diera los primeros pasos para adecentara la parcela o presentara una documento de compra, después de que en mayo comunicara al Ayuntamiento que tenía la oferta de una constructora para hacerse con el solar. Según explicó el concejal de Licencias, Julio Rodríguez-Vigil,  será la primera de las diez multas coercitivas por la inacción del estado de ruina del inmueble. Un informe municipal estima en 308.000 euros el coste de actuar en el edificio para evitar los riesgos, dado que en algunas ocasiones es okupado o entran intrusos a robar material de su interior. El inmueble lleva una década sin uso y las quejas de los vecinos son constantes.

Cabe recordar que las cubiertas de la nave principal son de amianto y se propone su retirada y posterior depósito en un vertedero autorizado. Los técnicos ponen de manifiesto la necesidad de dotarla de una nueva cubrición y un vallado perimetral, así como la demolición de parte de los muros de los antiguos Talleres Pedro. El Ayuntamiento ha dio un plazo de tres meses a los actuales propietarios (General Burgalesa S.A.)  o a la empresa que quiere adquirir la nave para que se hagan cargo de estos trabajos pero no han cumplido. El concejal del área ha asegurado que si no cumplen se les girarán el resto de las multas y no se descarta hacer las obras de manera subsidiaria y luego girarles la factura

Los años de abandono por parte de los propietarios han hecho que el inmueble esté prácticamente en ruina. Se han caído elementos de la estructura y se abren agujeros en las paredes que propician que se cuelen los amigos de lo ajeno o simplemente pandillas de jóvenes en busca de un lugar de reunión con el riesgo para ellos por el mal estado del edificio. En el interior se acumula maquinaria y también numerosas bombonas de butano. 

El Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) preveía la construcción de 40 viviendas al ser una zona de transformación urbana pero la crisis de la construcción paró en seco cualquier actuación.